Vuelven las protestas a Hong Kong tras la victoria de la oposición en las municipales

Decenas de miles de personas se echan de nuevo a las calles por la falta de respuesta del Gobierno a sus demandas de sufragio universal, amnistía e investigación de la Policía

Una mujer, afectada por los gases lacrimógenos, es atendida por los servicios de emergencia tras otra protesta este domingo en Hong Kong AFP
Pablo M. Díez

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La victoria de la oposición en las elecciones municipales de la semana pasada no ha calmado los ánimos en Hong Kong. Los ha calentado aún más por su arrollador triunfo, que ha refrendado estos seis meses de protestas contra el autoritarismo del régimen chino. Con el lema «No olvidar por qué empezamos», varias decenas de miles de personas han vuelto a echarse a las calles este domingo para recordarle al Gobierno que s u lucha democrática no ha concluido tras los comicios a los consejos de distrito.

En una manifestación autorizada por la Policía, la multitud ha desfilado desde el imponente paseo marítimo de Tsim Sha Tsui, en la zona de Kowloon, hasta las inmediaciones de la Universidad Politécnica, escenario de la peor batalla campal de la revuelta cuyo cerco acabó el jueves. Furiosos por la falta de respuesta del Gobierno a sus demandas tras el resultado electoral, los manifestantes han increpado a los cientos de antidisturbios que vigilaban la marcha, que han tenido que retirarse entre momentos de mucha tensión.

«Odiamos a la Policía y al Gobierno porque no atiende a nuestras peticiones, ni siquiera tras haber ganado las elecciones», se quejaba un estudiante enmascarado de 17 años subido a la mediana de una avenida desbordada por la alta asistencia, muy superior a lo esperado. Pero la conversación terminaba abruptamente cuando la Policía, que se había retirado, irrumpía a la carrera para detener a alguien y disparar un par de rondas de gases lacrimógenos y espray de pimienta.

El altercado provocó una espantada en la cola de la marcha , donde cientos de manifestantes que se habían quedado rezagados, sobre todo jóvenes y adolescentes ataviados de negro y con máscaras antigás, pasaron junto a un centro comercial de lujo para huir por el paseo marítimo. Bajo las pantallas con anuncios de Gucci, cuya música electrónica seguía sonando a toda pastilla, los manifestantes corrían frente a la bahía donde se alzan los rascacielos de la isla de Hong Kong. Otra estampa icónica de esta revolución del siglo XXI que ha sumido en el caos a la capital financiera de Asia con sus reclamaciones de sufragio universal.

Negociar y dialogar

«Queremos negociar y dialogar para poder votar al jefe ejecutivo del Gobierno, pero las autoridades no nos escuchan porque están al servicio del Partido Comunista de China», criticaba Lucia, una asistenta doméstica de 57 años. A su juicio, las protestas seguirán si no hay concesiones a las cinco demandas de los manifestantes. Además del sufragio universal, entre ellas destacan el sobreseimiento de las causas para los casi 6.000 detenidos y una comisión independiente de investigación sobre la fuerza policial. El martes, la jefa ejecutiva, Carrie Lam, propuso un comité para analizar las causas económicas y políticas del estallido social, pero no es suficiente para los manifestantes.

A pesar de las carreras y los conatos de enfrentamientos, la marcha se disolvió con relativa calma. A la espera de ver si hay nuevos movimientos del Gobierno y más propuestas del movimiento democrático, todo indica que los manifestantes se están reservando para la gran manifestación convocada para el próximo domingo en la isla de Hong Kong. Con el fin de evitar que sea prohibida por la Policía, la marcha no acabó con las ya habituales barricadas en llamas y choques con los antidisturbios. Pero, en el cercano barrio de Whampoa, un grupo de radicales causó destrozos en varios comercios supuestamente afines a China y la Policía disparó gases lacrimógenos para dispersarlos. Un nuevo episodio de vandalismo que se suma a las algaradas del sábado por la noche en la conflictiva zona de Mong Kok, donde un hombre que estaba retirando una barricada fue golpeado brutalmente con una barra por un manifestante. Una semana después de las elecciones municipales, los ánimos siguen caldeados en Hong Kong.

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