Así vivió una joven turca el golpe de Estado en Ankara
Ekin Su Yilmaz, universitaria de 19 años, relata a ABC sus impresiones después de presenciar el intento de hacerse con el poder del ejército de Turquía: «Estamos acostumbrados a escuchar bombas»
Ekin Su Yilmaz es una joven de 19 años que estudia Ciencias Políticas en la Middle East Technical University y que ayer, mientras estaba en su casa de Ankara, presenció cómo el caos se apoderó de Turquía y, en particular, de la capital del país, donde cayeron múltiples bombas lanzadas por los golpistas contra edificios gubernamentales.
«Escuché al menos 10 bombas», recuerda Ekin, que equipara el efecto visual de los estallidos con un fenómeno bastante usual: «Era como si cayeran relámpagos muy cerca». Unos bombardeos que, como indica, se prolongaron durante una media hora. «Mi ventana temblaba, el perro empezó a ladrar y decidimos abrir las ventanas para que no se rompieran por la presión y esperar», rememora.
Ekin comenta que durante los compases iniciales la escasez informativa era la tónica dominante, lo que provocó que algunos no le dieran mucha importancia a las explosiones. « No nos lo tomamos en serio pero luego vimos que había tanques por las calles y cazas volando», confiesa Ekin a este diario, aún con el susto en el cuerpo: «Nos dimos cuenta de que sí era un golpe cuando habló el primer ministro en CNN Turquía diciendo que era un intento de golpe de Estado».
A pesar de las bombas, Ekin y su familia no perdieron la calma porque, al parecer, en Ankara ya están acostumbrados a escuchar bombas. «La gente en Ankara no muestra muchas emociones. Lo de ayer no me asustó ya . Pregunté si todo el mundo estaba bien, si había heridos, pero no temí por mi vida», subraya la universitaria. En cambio, sí que admite que se sentaron a esperar e intentar entender qué estaba pasando: «En vez de mostrar nuestros sentimientos intentamos sacar conclusiones de lo ocurrido».
Falta de información
Ekin se queja de que, a pesar del caos y de escuchar bombas, el Gobierno no informó de los bombardeos ni de posibles heridos, sino que únicamente se limitaba a pedir a los ciudadanos que salieran a la calle. «Normalmente saldría pero no sabíamos si los militares utilizarían la fuerza contra nosotros », indica la joven, que vuelve a cargar contra los políticos por no informar. «Erdogan, el primer ministro y el Congreso hicieron muchas videollamadas, pero no dieron información sobre si había gente herida o no», lamenta la estudiante.
Con el de ayer, Turquía ha vivido ya varios intentos de golpe de Estado pero este ha sido el primero que Ekin ha vivido. Finalmente, los sublevados no han conseguido imponer su fuerza , pero esta joven llegó a temer porque la situación se pudiera prolongar: «Pensaba que no podríamos salir a la calle al día siguiente ni ir a trabajar y también nos empezamos a preguntar cómo sobreviviríamos sin poder salir de casa, si teníamos suficiente dinero o suficiente comida»
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