La violencia en los suburbios de París favorece levemente a Fillon
El programa de «ley y orden» del candidato de la derecha despierta menos temor que el radical de Marine Le Pen
La sucesión de estallidos de violencia suburbana en la periferia de París ha comenzado a influir en la campaña presidencial, con una reacción cívica de «ley y orden» susceptible de favorecer a la derecha de François Fillon y a la extrema derecha de Marine Le Pen.
La sucesión de violencias, quema de coches y comercios en ciudades de la «banlieue» (suburbios) como Argenteuil, Mantes-La-Jolie, Nanterre, Alnay-sous-Bois, Tremblay-en-France, Villepinte, Torcy y Bogigny, en los últimos tres días, ha tenido una primera reacción en el último sondeo de Paris Match, que presenta sus estimaciones con este titular: «Se acaba la magia de Emmanuel Macron» .
Según el mismo sondeo, Marine Le Pen sigue a la cabeza, con un 26 % de intenciones de voto en la primera vuelta del 23 de abril, seguida de Emmanuel Macron (social reformista), con un 19,5 % (1 punto a la baja); y de François Fillon con un 18 %. Los candidatos de izquierda siguen instalados en la cola. Benoît Hamon (socialista) tiene un 14,5 %; y Jean-Luc Mélenchon con un 11,5 %.
Una semana corta de violencias y tensión suburbana en la periferia de París han hecho perder terreno al candidato favorito. Ante esa amenaza, es muy ruidoso el silencio de los candidatos socialista y social reformista, cuando radio y tv ofrecen a Marine Le Pen unos altavoces para reclamar a toda hora «mano dura contra la canalla de los suburbios». El lenguaje de la candidata del Frente Nacional (FN, extrema derecha) tiene su público. Pero inquieta a las clases medias, partidarias de un programa de «ley y orden» menos brutal , que podría favorecer a Fillon, si consigue salir del hoyo de su escándalo familiar.
François Fillon y Nicolas Sarkozy discutieron ayer del momento electoral durante una comida de trabajo, para intentar evitar que estalle una crisis devastadora entre familias conservadoras enfrentadas.
Penelopegate
Unos cuarenta diputados han dirigido a Fillon una carta pública, pidiéndole que «clarifique políticamente» la crisis abierta con el Penelopegate , el escándalo del cobro familiar de más de 900.000 euros, con varios presuntos empleos ficticios.
Los diputados temen que ese escándalo arruine la carrera política de Fillon y los prive a ellos de sus escaños de diputados en las elecciones generales que seguirán a la presidencial, a finales de junio.
Fillon denuncia el riesgo de una crisis mayor y reafirma su determinación de ser el candidato conservador hasta el fin . Con un argumento de cierto peso: «solo» el 50 % de los electores de su principal rival, Emmanuel Macron, están seguros de votarlo; mientras que, según los sondeos, el 70 % de los electores de Fillon dicen estar seguros de su candidato.
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