Veteranos de guerra de Estados Unidos atienden la llamada de Ucrania

Ucrania ha recibido 3.000 solicitudes de ciudadanos norteamericanos para unirse a las Fuerzas Armadas de ese país

Así es el teléfono que utiliza el presidente Zelensky para evitar el espionaje de Rusia

Sigue en directo el conflicto bélico

Miembros de las Fuerzas Aéreas estadounidenses marchan por la Quinta Avenida durante el desfile del Día de los Veteranos, en Nueva York, en 2008 EPA
David Alandete

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La llamada de Zelenski ha surtido efecto en Estados Unidos. El jueves el Servicio Secreto detuvo en Washington a dos hombres que tenían todo un arsenal de armas y munición en un coche con el que rondaban la embajada de Ucrania en el barrio de Georgetown. Ambos habían recorrido casi mil kilómetros para tratar de unirse a la resistencia contra la invasión rusa en ese país europeo.

Un empleado de la embajada ucraniana en Washington dijo a este diario el viernes que de momento, Ucrania ha recibido 3.000 solicitudes de ciudadanos estadounidenses para unirse a las Fuerzas Armadas de ese país, después de que el Gobierno en Kiev afirmara que eliminaría cualquier requerimiento de visado para aquellos que quieran combatir contra el invasor ruso. Ese diplomático aceptó hablar con ABC bajo condición de anonimato pues las cifras no son aún oficiales. La mayoría de esos alistados tienen experiencia de combate, según esa fuente.

El domingo pasado, Volodimir Zelenski, el presidente ucraniano, anunció que iba a crear lo que llamó una «Legión Internacional». «Cualquiera que quiera unirse a la defensa de Ucrania, Europa y el mundo, puede venir y luchar codo con codo con los ucranianos contra los criminales de guerra rusos», dijo un comunicado en la página web del Gobierno de Ucrania. Las últimas cifras de Kiev a finales de esta semana son de 16.000 extranjeros combatiendo junto a los ucranianos.

Justo el día en que el Gobierno de Ucrania hizo ese llamamiento, este diario habló con un grupo de tres jóvenes de entre 22 y 27 años que protestaban contra la invasión vestidos de camuflaje y con la boca cubierta por un pasamontañas ante la Casa Blanca en una concentración con miles de personas. Los tres, residentes en Virginia y nacidos en EE.UU. de padres o abuelos ucranianos, dijeron que quieren ir a luchar en el país europeo, aunque solo uno de ellos decía haber servido en las Fuerzas Armadas estadounidenses.

Uno de los tres, que aceptó dar el nombre de pila Mikhailo, dijo: «Si no vamos nosotros a Ucrania, Putin acabará viniendo aquí, o es que no creen que apuntará sus armas nucleares a Washington ».

Otro de los jóvenes, que se identificó como Andriy, llevaba una bandera roja y negra del Ejército Insurgente Ucraniano , una milicia de nacionalistas ucranianos que lucharon contra ambos bandos en la II Guerra Mundial para lograr una estado independiente, llegando a colaborar con el ejército nazi alemán como estrategia para lograr sus objetivos. Diversos historiadores los acusan de asesinar a judíos y a polacos, por lo que Rusia y sus medios estatales, además de otros, consideran su bandera fascista.

Con buenos ojos

Lo cierto es que la Casa Blanca ve con buenos ojos ese alistamiento, especialmente después de que haya advertido repetidamente de que no enviará tropas a Ucrania a rescatar a norteamericanos en caso de que Putin culmine su invasión.

Preguntada por la posible participación de ciudadanos norteamericanos en una guerra contra Rusia, una de las portavoces de la presidencia estadounidense, Karine Jean-Pierre, dijo: «Los ucranianos han demostrado su coraje y están recurriendo a todos los recursos y estrategia que tienen para defenderse. Aplaudimos su valentía, sin embargo, nuestras alertas contra viajar a Ucrania siguen en pie. Los ciudadanos estadounidenses no deberían viajar a Ucrania».

El jueves 24 de febrero, el departamento de Estado de EE.UU. aprobó un elevado nivel de alerta con el cual pide a sus ciudadanos que no viajen a Ucrania por la guerra. Esto contrasta con otros países aliados, como Reino Unido, cuya ministra de Exteriores, Liz Truss, ha expresado su apoyo manifiesto a los británicos que quieran tomar armas contra Putin en Ucrania. Desde entonces, según han informado los medios británicos, centenares de ciudadanos de ese país han acudido a combatir a los rusos. Noticias similares se han publicado en Canadá.

Los largos años de guerra en Afganistán e Irak han creado todo un sector de mercenarios en EE.UU., y el más destacado de los empresarios que se dedican a ello, Erik Prince, llevaba meses antes de la invasión rusa planteando a la Casa Blanca crear un Ejército paramilitar para apoyar a Ucrania.

La revista 'Time' reveló en 2021 que Prince, el fundador de Blackwater y empleado en esa empresa hasta 2010, propuso a Kiev un plan para formar una compañía armada con veteranos de guerra ucranianos, establecer fábricas de municiones y crear todo un consorcio de aviación en Ucrania.

Y en febrero de 2022, Prince dijo en una entrevista en la cadena Fox News que en diciembre le planteó al Gobierno de EE.UU. otro plan para enviar a Ucrania 140 aviones militares norteamericanos que iban a ser retirados, para repararlos y que los pilotaran mercenarios frente a Putin.

De todos modos, ante la negativa de la Casa Blanca a facilitar el combate directo contra Rusia, por los riesgos de escalada nuclear, de momento no hay compañías estadounidenses de seguridad privada que hayan anunciado planes de movilizarse en Ucrania. Los socios europeos y EE.UU. sí están enviando cazas, misiles, armas, munición y demás a Ucrania.

Con sus propias armas

Por su parte, los dos hombres detenidos en Georgetown el jueves querían viajar a Ucrania con su propio armamento: un arma larga y dos cortas, además de la munición y chalecos de protección. El coche en el que viajaron llevaba una placa en la que el dueño decía ser veterano del Marine Corps. Tras ser detenidos dijeron a los agentes, según el diario 'The Washington Post', que su intención era viajar a Ucrania con ayuda de la embajada de ese país en Washington. Ambos pasaron a disposición judicial acusados de tenencia de armas ilegales, entre otros cargos similares.

Ante este llamamiento, el Kremlin ha dicho que ninguno de los mercenarios capturados por Rusia en Ucrania será considerado prisionero de guerra según las convenciones humanitarias que rigen en escenario bélico. «Ninguno de los mercenarios que Occidente está enviando a Ucrania para luchar por el régimen nacionalista en Kiev pueden ser considerados combatientes de acuerdo con el derecho internacional humanitario o disfrutar del estatus de prisioneros de guerra», dijo el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov.

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