Venezuela, a media luz

Los centros comerciales son los principales afectados por los cortes de suministro eléctrico decretados por Nicolás Maduro

LUDMILA VINOGRADOFF

Los cortes de luz de cuatro horas diarias , de lunes a viernes , en las horas pico de afluencia, han sido un golpe fatal para los centros comerciales, que ayer se vieron obligados a cerrar sus puertas, según decretó el Gobierno de Nicolás Maduro. En el primer día de cortes y restricciones reinó la confusión y el desconcierto entre los comerciantes y los clientes. «Nos afecta muchísimo. El corte de luz se aplica en el horario de mayor venta. No hay otra opción. El cierre lo asumimos desde la resignación y la impotencia porque las autoridades no han querido consensuar la medida», comenta a ABC el encargado de la librería Templo Interno, Alexis Romero, en el Centro Plaza, al este de Caracas.

El nuevo horario de cierre de los locales va de las 13 a las 15 horas y de las 19 a las 21 horas, durante los cinco días laborales de la semana, justo cuando salen a comer los empleados . Quedan exceptuados los sábados y domingos, y todos los establecimientos que tengan su propia planta eléctrica, reza la cuenta de Twitter @LMOTTAD del general Luis Alfredo Motta, ministro para la Energía Eléctrica y Presidente de Corpoelec.

Motta ha hecho valer su condición de militar para imponer sin rechistar un racionamiento que perjudica a los dueños de tiendas, restaurantes, cines, clínicas y empresas, que hacen vida en los centros comerciales porque no ha querido escuchar las propuestas y soluciones que le han aportado los gremios de empresarios. «Parece que nos quiere liquidar» , comentó un pequeño tendero a ABC.

Medida temporal

A pesar de que la medida es temporal -tres meses- por la prolongada sequía y el fenómeno de «El Niño», según el Gobierno, la Cámara Venezolana de Centros Comerciales y Afines (Cavececo), a través de un comunicado, exhortó a sus afiliados a acatar el racionamiento establecido por la Corporación Eléctrica Nacional.

Además expresa que los centros comerciales que no dispongan de plantas de emergencia para generar su propia energía deberán cesar sus actividades durante el horario de suspensión fijado por las autoridades.

Cavececo presentó una contrapropuesta para reducir cinco horas de consumo eléctrico, operando un solo turno desde las 12 del mediodía hasta las 17 horas, pero hasta el momento no han recibido respuesta de las autoridades.

La medida afecta a 2,5 millones de personas que visitan diariamente los 165 centros comerciales afiliados al gremio. Los venezolanos prefieren estos espacios para hacer sus compras, diligencias, consultas en clínicas privadas, agencias bancarias, restaurantes, cafeterías y acudir a cines y teatro s por la comodidad y seguridad que ofrecen.

El actor y director de teatro español, Jorge Palacios, inició una campaña en contra del racionamiento de luz. En su página de Facebook escribió: «No sólo es un cierre al derecho al trabajo del gremio artístico, es un cierre al derecho al esparcimiento de la ciudadanía. Este régimen sólo sabe crear incapacidad y miseria».

Motta respondió a los artistas que no habrá restricción de electricidad los fines de semana. «Los días sábados y domingo la población podrá disfrutar del cine y de los teatros debido a que no se implementará la autogeneración».

En el Centro Plaza, el gerente de Seguridad Industrial, Pablo Ochoa, considera que a Venezuela «le han caído las siete plagas de Egipto» al referirse a que «no hay comida, ni medicinas, ni luz, y el agua viene con plagas como el Zika, y otras enfermedades». «La medida nos ha tomado por sorpresa. Estamos en crisis, la gente está estresada y el Gobierno no da soluciones ni quiere escuchar propuestas», concluye.

Ochoa termina de dar la orden de desconectar las escaleras mecánicas y los ascensores y encender las lámparas de emergencia. «No tenemos planta eléctrica. Sólo el 2% de los centros comerciales tiene plantas de autogeneración eléctrica. No estamos preparados para enfrentar esta restricción de luz. Sólo en el Plaza afecta a 15.000 empleados».

José Luis Tirado, dueño del restaurante «Lunchys», opina que es una medida «absurda». «Tenemos que cerrar la cocina porque a oscuras es peligroso. Esta medida va contra la poca productividad que hay en el país. El Gobierno nos quiere asfixiar. Hay mucha desolación. Nadie entiende cómo un país rico en petróleo tenga que vivir en la oscuridad».

A su lado Valentina Novikova, una rusa ama de casa, apuraba las compras antes del cierre. «Lo peor que puede pasar a Venezuela. Hay cosas más fuertes como la pérdida de libertad mientras se despilfarra la luz en el alumbrado público durante el día hay racionamiento en los centros comerciales. Absurdo».

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