Velos fuera
Ya no es posible mirar a otro lado, practicar la política del avestruz o mantener una postura equidistante entre las críticas a Maduro y las invectivas contra la presión que ejerce sobre Venezuela el presidente Trump. El velo tiene que caerse, la hipocresía de la izquierda de salón occidental no puede resistir ante hechos patentes de sometimiento del pueblo con el arma del hambre, de asesinato de quienes no opinan igual. La difusión de imágenes reales de torturas a presos políticos, en las mazmorras del servicio venezolano de inteligencia, coinciden con el informe de la responsable de los derechos humanos de la ONU, la expresidenta Michelle Bachelet. La dirigente socialista chilena, que en su día envolvió al chavismo con un manto de piedad, ha admitido ahora que el régimen de Maduro “ha reprimido las protestas con uso excesivo de la fuerza, asesinatos, detenciones arbitrarias, tortura y maltrato en prisión, amenazas e intimidación”. El correligionario español de Bachelet, Rodríguez Zapatero, que esta semana llegó y salió de Caracas con inquietante rapidez y sigilo, debería contarnos qué asuntos personales -según la interpretación de La Moncloa- le vuelven a llevar a Venezuela, después del fiasco de su mediación en años pasados y sus críticas a la apaleada y masacrada oposición.