Varios círculos católicos italianos sugieren poner condiciones a la inmigración de musulmanes

Los dos partidos de la derecha radical también piden que se restrinja su entrada

Musulmanes residentes en Italia rezan junto al Coliseo Reuters

Angel Gómez Fuentes

La inmigración es siempre un tema polémico en Italia. Y se ha calentado especialmente en estos días, al mezclarse con la Navidad y las raíces cristianas. Ante la nueva ola de refugiados que llegan a las costas italianas, el subsecretario de Interior, Nicola Molteni, con el aplauso de su líder de la Liga, Matteo Salvini, ha manifestado: «Tenemos necesidad de barcos de turistas, no de naves con inmigrantes». Las críticas le han llovido a ambos, acusados en algunos medios de «falsos cristianos». En el caso de Salvini, se le critica que defienda con uñas y dientes las raíces cristianas de la Navidad, y luego califique en Twitter la posición contra los inmigrantes de su hombre de confianza en Interior con estas tres palabras: «Sencillamente, de sentido común».

La misma posición mantiene Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia , el único partido importante fuera del gobierno del actual gabinete Draghi de unidad nacional. Ante esta nueva ola de inmigrantes, Giorgia Meloni, ha reiterado cuál es su modelo para luchar contra la inmigración irregular: «Defensa de los confines, lucha contra el negocio de la inmigración y bloqueo naval para frenar que partan inmigrantes y evitar los muertos». Es un modelo que Meloni contrapone al que lleva a cabo la actual ministra del Interior, Luciana Lamorgese : «Fronteras abiertas, partidas incentivadas de inmigrantes y políticas de inmigración para acogida desenfrenada». Meloni y Salvini prácticamente comparten modelo y coinciden en sus feroces críticas a la ministra Lamorgese. Sus partidos, Hermanos de Italia y la Liga, prácticamente están empatados en los sondeos, con alrededor de un 20 % en intención de voto. Sumando el 8,5 % de Forza Italia de Silvio Berlusconi, el centro derecha obtendría claramente la mayoría parlamentaria, si hoy hubiera elecciones, con la actual ley electoral.

«Invasión, invasión», es una palabra que Matteo Salvini y Giorgia Meloni utilizan a menudo en campaña electoral y cuando se incrementa la ola de desembarcos. La percepción de la invasión ha alcanzado cotas muy altas en ocasiones. Incluso sectores ultracatólicos han amplificado esos temores, alzando la bandera de la religión y pidiendo la limitación de los inmigrantes musulmanes. Hace un par de años lo hizo el cardenal estadounidense Raymond Burke , 73 años, un prelado antivacunas que luego estuvo en la UCI con el Covid. Representante del sector más conservador del episcopado de Estados Unidos, Burke consideraba una «medida prudente de muchos políticos» el restringir la entrada de inmigrantes musulmanes a naciones con una fuerte tradición cristiana.

La tesis del cardenal Raymond Burke no está completamente aislada en el mundo católico. Pero no se expresa, porque defenderla es políticamente incorrecto en este momento. Iría en sentido diametralmente opuesto a la línea de acogida impartida por el Papa Francisco , que predica abrir las puertas y los puertos a todo ser humano que sufre, sin hacer distinción de raza, sexo o etnia. Pero las advertencias no faltan. Antes de que Francisco viajara a los Emiratos Árabes, en febrero 2019, el obispo Camillo Ballin , buen conocedor del mundo árabe –fue vicario apostólico de la Santa Sede en Arabia septentrional para las comunidades católicas de Bahrein, Kuwait, Qatar y Arabia Saudí–, hizo esta previsión: «Es concebible que Europa en 50 años sea casi completamente musulmana. Preveo tal situación, pero no tanto porque estos países están tomando medidas específicas. Lejos de eso. No hay plan político, no hay plan de conquista. Europa acabará siendo musulmana, pero solo porque hay un problema de natalidad , mientras los musulmanes tienen familias numerosas, y por la falta de esos ideales que pueden motivar un retroceso de las raíces cristianas».

De todas formas, Europa está lejos de que se cumpla tal previsión, al menos por lo que se refiere a Italia. El informe de Cáritas de este país sobre la situación de la inmigración en el presente año explica: «En el 2021 hubo una disminución de musulmanes, situándose en el 27,1 % (2 puntos porcentuales menos que el año anterior), con algo menos de 1.400.000 fieles. En cambio, se produjo un aumento de los cristianos, con alrededor de 2,9 millones de fieles, el 56,2%, en el 2021, frente al 53-54% de años anteriores.

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