Las vacaciones más inoportunas del primer ministro socialista portugués
António Costa se baña en aguas de Mallorca mientras le llueven las críticas por la gestión de los incendios y el robo de un importante arsenal militar
Al primer ministro de Portugal, el socialista António Costa, le llueven las críticas por encontrarse de vacaciones y no interrumpirlas mientras el país vivía unos convulsos días, marcados por el incendio más mortífero de la historia (64 fallecidos) y por el escandaloso robo de armamento militar que alarma a la comunidad internacional porque puede acabar en manos de una organización terrorista.
Mientras tanto, el ex alcalde de Lisboa disfruta en las playas de Mallorca, lo que lleva a miles de ciudadanos lusos a preguntarse ¿cómo es posible que no se haya inmutado en unas circunstancias tan difíciles?
La tragedia de Pedrógao Grande encendió los ánimos, cuando él no había abandonado todavía el suelo portugués. Peor aún: Por qué no canceló la reserva en las Baleares en vista de la gravedad de los acontecimientos, con todo Portugal desgarrado de norte a sur al ver las imágenes del sufrimiento popular a causa de las devastadoras llamas.
El gabinete de Costa se limitó a emitir un comunicado oficial diciendo «el primer ministro está siempre contactable y disponible en caso de necesidad». También se recuerda que este periodo vacacional fue programado con antelación.
Por su parte, el presidente de la República, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, se multiplica para hacer acto de presencia allá donde las noticias sobresaltan a sus compatriotas. Igualmente, vuelve a mostrar su carácter conciliador al asegurar: «Todo lo que tengo que tratar lo hablo con el sustituto del primer ministro en su ausencia, que es el titular de Asuntos Exteriores».
La oposición clama por la comparecencia de António Costa en la Asamblea de la República , pero en principio tendrá que esperar hasta el próximo 12 de julio, fecha en la que se celebrará el Debate sobre el Estado de la Nación. Tanto el Partido Social Demócrata, encabezado por Pedro Passos Coelho, como el Centro Democrático y Social de Assunçao Cristas se afanan en lanzar dardos al Gobierno, probablemente porque el actual Ejecutivo atraviesa los momentos más duros desde que asumió el poder al triunfar su moción de censura sobre el anterior ‘premier’ a finales de 2015.
El gigantesco fuego de Pedrógao Grande comenzó a levantar la indignación de la gente porque se cometieron diversos errores que desembocaron en un escenario apocalíptico en medio de la impotencia de los cuerpos de salvamento, lastrados por la escasez de medios aéreos para combatir el siniestro. La falta de un mando unificado y coherente dispersó las operaciones cuando más se precisaba: a lo largo de las primeras horas.
Y a Costa no se le ocurrió otra cosa que pedir explicaciones a los bomberos y a la Autoridad Nacional de Protección Civil, en lugar de salir él a la palestra para esclarecer lo acontecido, como se le supone a un primer ministro.
La ira de la población subió de tono al desatarse el incencio de Doñana, seguido con gran preocupación e interés al otro lado de la frontera. De acuerdo, el contexto presenta características distintas, pero los portugueses solo saben que no se registraron víctimas mortales en España.
En este estado de cosas, aún más leña al fuego en forma de un sorprendente robo de 120 granadas ofensivas, 1.500 municiones de nueve milímetros, 20 granadas lacrimógenas y 44 lanzagranadas anticarros sin que nadie hiciese nada al respecto. Falló el sistema de videovigilancia y hasta el ministro de Defensa, José Alberto Azeredo Lopes, tuvo que reconocer que hubo «fugas internas» de información en el arsenal militar de Tancos, a unos 130 kilómetros de Lisboa.
Las armas antitanque sustraídas, del tipo M72LAW, tienen un alcance de entre 200 y 1.000 metros , según confirmó a ABC uno de los mayores expertos en el tema, el analista político Nuno Rogeiro, estrella de la televisión privada lusa SIC.
«El M72 puede destruir cualquier vehículo blindado y perforar toda clase de edificios», puntualizó el prestigioso comentarista antes de continuar: “Sabemos que los yihadistas buscan material como el LAW al menos desde 2016, pues resulta fácilmente disimulable. El asalto en Trencin (Eslovaquia) también tenía como objetivo armas de ese mismo tipo, pero solo consiguieron cohetes y no lanzadores. En Portugal, por el contrario, han logrado las dos metas”.
Y António Costa a lo suyo: bañarse en las aguas mallorquinas. Una ausencia que desagrada a los portugueses, como tampoco en su día que no volviese al país en cuanto se conoció la defunción del histórico dirigente socialista Mário Soares. De hecho, Lisboa se inundó de jefes de Estado y reyes extranjeros (entre ellos, Felipe VI) y el primer ministro únicamente pudo ser visto a través de una conexión en pantalla gigante desde la India, donde se hallaba de viaje oficial.
Ni siquiera parece apaciguar las protestas la destitución de cinco altos cargos militares en el marco de la investigación por el gravísimo robo, algo que muchos consideran un intento de aparentar firmeza utilizándolos de chivos expiatorios.
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