La Unión Europea busca emancipar su Defensa de Estados Unidos
El aumento de la inestabilidad en la periferia y el escepticismo de Donald Trump hacia la OTAN aceleran el proceso
La Unión Europea está decidida a poner en marcha sus propias estructuras militares . Limitadas, pero por primera vez con la intención específica de levantar una capacidad militar propia para actuar de forma conjunta y autónoma en la gestión de su seguridad. Por el momento, de cara a unas eventuales fuerzas europeas, solo se habla de «misiones no ejecutivas» , de tareas de formación o adiestramiento en el extranjero; todavía no se trata de operaciones de combate. Pero la decisión que se ha tomado en el último consejo de ministros de Exteriores y Defensa puede marcar el inicio del camino hacia una futura estructura militar europea.
Según fuentes diplomáticas que han gestionado el nacimiento de este proceso, la causa del acelerón en la construcción de la Defensa europea ha sido sobre todo el aumento de la inestabilidad en la periferia de Europa, desde Ucrania a Libia pasando por Siria . La visión de un mapa del Mediterráneo y de Oriente Próximo en llamas ha terminado por convencer a los más escépticos de la necesidad de no seguir contemplando estos acontecimientos como si no tuvieran nada que ver con nosotros. La crisis de Ucrania y las tensiones con Rusia tampoco han ayudado a tranquilizar a los analistas.
Después llegó el Brexit , cuando algunos países entendieron que era la ocasión de emprender un camino que los británicos no querían ni que se estudiase como posibilidad teórica.
«Trump quiere enviar el mensaje de que a partir de ahora "America First". Queremos cooperar, pero en estas circunstancias necesitamos una UE fuerte»
Y después la victoria de Donald Trump y sus palabras sobre la política aislacionista y su escepticismo hacia la OTAN han hecho aumentar aún más la velocidad con la que se ha emprendido este camino. Manfred Weber , el líder del grupo popular, el mayoritario en el Parlamento Europeo, es de los que piensan que la situación actual aconseja dar este paso: «Donald Trump quiere enviar el mensaje de que a partir de ahora «America First» (lo primero es América). Y nosotros queremos cooperar y colaborar lo más estrechamente posible con Estados Unidos, pero en estas circunstancias necesitamos una UE más fuerte, eso es evidente».
El intento más avanzado de crear un ejército europeo se produjo en 1950, todavía con el rescoldo humeante de la II Guerra Mundial y en plena época de Guerra Fría. Las reticencias hacia Alemania y la intervención directa de Estados Unidos lo hicieron imposible. La semana pasada se acordó esencialmente como estrategia global de seguridad poner en marcha lo que ya prevé el Tratado de Lisboa y lanzar la propuesta de organizar dentro de las instituciones europeas el modelo de cooperación voluntaria para los países que estén de acuerdo en crear estas estructuras de Defensa. Es el mecanismo conocido como cooperación reforzada, que en el caso de la Defensa y teniendo en cuenta sus características específicas, ha recibido además el adjetivo de «permanente». «Esa cooperación reforzada permanente (Pesco ) –afirman fuentes diplomáticas europeas que están trabajando en su diseño– tiene que ser inclusiva, es decir, que será algo de geometría variable, como un bufet con muchos platos para que todos estén cómodos, tanto los que tienen mucha hambre como los que quieren comer poco».
Los países que han anunciado su disposición clara a participar son los cuatro más grandes: Alemania, Francia, Italia y España . Otros, como los tres del Benelux , que tienen su propio modelo de cooperación, lo están pensando con gran simpatía, e incluso alguno de los socios del Este también podría sumarse. Y, hecho relativamente insólito, a pesar de su escepticismo recalcitrante los británicos han renunciado a poner palos en la rueda del proyecto.
«Grupos de combate»
Tal vez es así porque en ninguna parte del documento aprobado se habla de crear un ejército europeo. Ni de sumar divisiones. Hace años, desde 2005, que la UE tiene en marcha los llamados «grupos de combate» que son unidades de hasta 1.500 hombres capaces de desplegarse para intervenir urgentemente en cualquier parte. Desde entonces se suceden cada seis meses por combinaciones de países y se entrenan para estar disponibles ante una intervención que no se ha producido jamás . Entre otras cosas porque la UE no tiene una autoridad política con legitimidad para ordenarlo.
Sin embargo, ahora se constata que el riesgo aumenta y se acerca cada vez más geográficamente hablando. Hay infraestructuras vitales dentro de Europa que defender , por no hablar del fenómeno terrorista . El experto en terrorismo y seguridad Claude Moniquet recuerda que varios países europeos participan ya en la coalición contra Daesh que dirige Estados Unidos, pero «si EE.UU se desentiende, los europeos solos no podrían hacer nada».
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