Una ucraniana que se queda en Kiev: "Llevo varias noches en el búnker abrazada a mis padres y amigos"
Cómo construir un búnker
Lo que están pasando los ucranianos que miran la guerra desde su ventana, lo resume la joven Leila perfectamente; "pase la noche de anteayer, en el sótano de la residencia de estudiantes, abrazando a mis amigos, esperando nuevos tiros. Pase la noche de ayer escuchando las sirenas y preparándome para bajar al húmedo sótano con mi hermano en cualquier momento", nos cuesta. Es de noche cuando Luzmila se atreve a enseñarnos su bunker, "abrid, ya estoy grabando" le anima a uno de sus familiares. Graba a hurtadillas, con miedo, nunca sola. Está en su bloque, es de la Segunda Guerra Mundial y lo utiliza su familia ahora en pleno siglo XXI. Una imagen anacrónica es también la de las colas del hambre que se está produciendo en Kiev, en Ucrania, en plena Europa, donde empieza a escasear todo, sobre todo en las baldas de los supermercados que están casi vacías, por lo que una simple fuente de agua vale, la solidaridad de los vecinos también. Solo pueden salir media hora por la mañana y media hora por la tarde por el nuevo toque de queda, en un día clave para la capital, según las autoridades. "Estamos encerrados en casa, tenemos víveres, tenemos de todo", nos dice Carlos Eggers Prieto, un palentino que reside en Kiev. Por su parte, Ania Tasheva, apunta que "constantemente oímos los sonidos de las explosiones y recibimos los informes sobre los cohetes que caen sobre las casas civiles". Todo porque los proyectiles caen muy cerca de sus viviendas, destrozandolo todo. "Ahora ucranianos estamos muy unidos y muy valientes", apostilla Ania, que al igual que miles de ucranianos se quedan en su tierra, para luchar, sin descanso por su tierra.