Ucrania y los separatistas prorrusos canjean 200 prisioneros de guerra en el Donbás
Es el primer intercambio desde 2017, fruto del deshielo entre los presidentes Zelenski y Putin
El canje de presos pactado el pasado 9 de diciembre en París entre los presidentes ruso y ucraniano, Vladímir Putin y Volodímir Zelenski , durante la cumbre del Cuarteto de Normandía (Alemania, Francia, Rusia y Ucrania), tuvo lugar hoy, aunque no en su totalidad. Kiev entregó a las autoridades de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk 124 prisioneros mientras los sublevados devolvieron a Ucrania 76 personas.
La liberación mutua de presos se produjo por la mañana, fundamentalmente en el paso abierto en la línea de frente de «Mayórskoye». Según la emisora Eco de Moscú, entre los liberados por parte ucraniana se encuentran los miembros de la unidad de operaciones especiales «Bérkut», acusados de masacrar en la plaza del Maidán de Kiev a más de un centenar de personas en febrero de 2014, acontecimiento que intensificó las protestas y acabó con la fuga del entonces presidente ucraniano prorruso, Víctor Yanukóvich.
La exigencia de poner en libertad a los agentes del grupo «Bérkut» para ser enviados a Rusia fue planteada por Moscú, pero ha provocado protestas en Kiev entre activistas ultranacionalistas ucranianos. Primero se congregaron ante el juzgado que retiró todos los cargos contra ellos y ordenó su liberación y después intentaron bloquear la salida de estos de los centros de detención en donde han estado confinados. Entre los intercambiados hay también combatientes de ambos bandos, policías, activistas y hasta periodistas. Pero, según declaraciones del director de cine ucraniano, Oleg Sentsov, « hay todavía muchos en la cárcel » y citó en particular a dirigentes del movimiento tártaro.
Más de 13.000 muertos
Este canje de prisioneros, que debería haber sido el último y definitivo, fue acordado en París y anunciado por los separatistas el sábado. Zelenski expresó anteayer su confianza en que se cumpla a rajatabla lo acordado para abrir así una nueva etapa en la desescalada de un conflicto, entre Moscú y Kiev, que dura ya más de cinco años y medio y provocado, según la ONU, más de 13.000 muertos.
Putin y Zelenski, con la mediación del presidente francés, Emmanuel Macron , y la canciller alemana, Angela Merkel , alcanzaron el 9 de diciembre en París un modesto acuerdo para avanzar en la aplicación de los acuerdos de Minsk de 2015, que incluye, además del intercambio de prisioneros efectuado hoy, continuar la separación de fuerzas en la línea de frente y un cumplimiento del alto el fuego más estricto y estrechamente vigilado por la OSCE. Fue precisamente en la capital francesa donde tuvo lugar el primer cara a cara entre Putin y Zelenski, que hasta ese momento habían hablado solo por teléfono en cuatro ocasiones.
El proceso de paz de Minsk ha estado estancado prácticamente desde la firma del acuerdo y se había esperado que en París se hubiesen resuelto cuestiones como las fechas de unas eventuales elecciones en Donbass o los plazos para que Ucrania recupere el control de la frontera con Rusia. En estos asuntos no se consiguió consensuar apenas nada.
Y es que Moscú y los separatistas sublevados en el este de Ucrania exigen previamente la definición de un estatus autonómico para sus respectivas repúblicas, algo que Kiev descarta mientras, según palabras de Zelenski, «siga habiendo grupos armados ilegales en el territorio de Donbass». Pero Putin ha advertido que no habrá desarme ni devolución del control de la frontera hasta que Kiev no modifique su Constitución y conceda a Donbass la autonomía prevista en los acuerdos de Minsk. «Imagino qué podría suceder (...). ¡Srebrenica!», sostiene el presidente ruso, refiriéndose a la masacre de 8.000 personas perpetrada por los serbios de Bosnia, en 1995.
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