Turquía impone silencio a los medios «demasiado deseosos» de informar sobre el atentado

Periodistas de los sectores más críticos con Erdogan han discutido estos días sobre el recurrente dilema de si cubrir a fondo o no los ataques y los pormenores de su investigación

Un familiar de Habibullah Sefer, víctima del atentado suicida contra el aeropuerto de Atatürk, llora sobre su féretro cubierto con la bandera nacional durante su funeral en Estambul EFE
F.J. Calero

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Estambul va pasando página tras el atentado en el aeropuerto de Atatürk , donde murieron al menos 43 personas y centenares resultaron heridas. La normalidad, forzada por sus gentes, acostumbradas a los atentados de terroristas prokurdos en los últimos veinte años, es una constante en las arterias de la ciudad. Sin embargo, este viernes, día del rezo musulmán, se redobló la seguridad en lugares como la mezquita de Fatih , donde un pequeño féretro cubierto de verde -de una víctima del atentado- esperaba su funeral. Hombres y mujeres, la mayoría jóvenes, con chalecos con la bandera turca que indican que son policías, cachean a los visitantes. Son la primera avanzadilla de otros agentes, con uniforme y fuertemente armados, que vigilan la zona para evitar más tragedias.

A las puertas de la mezquita, Leyla asegura a ABC que tiene amigos en el hospital, heridos por el atentado del pasado martes. «Esto no es siempre, son medidas extras de seguridad», explica. Personal del aeropuerto y varios estambulitas consultados por este medio se han quejado de la falta de seguridad por lo ocurrido en el Ataturk.

«Yo más que indulgencia o levedad lo veo como la incapacidad del aparato de seguridad turco. Este debilitamiento de la policía hasta niveles del medievo es consecuencia de la caza de brujas contra el movimiento Hizmet (comunidad liderada desde EE.UU. por el clérigo Fethullah Gülen ). Cerca de 80.000 oficiales de policía y algunos de los más capacitados expertos antiterroristas fueron enviados a las provincias orientales, se trasladaron al departamento de policía de tráfico o fueron directamente encarcelados en diciembre de 2013», explica a ABC el periodista turco Kerim Balci , editor de Turkish Review. Por entonces, se informó de que esta purga servía para tapar los casos de corrupción que acechaban al Ejecutivo turco. Balci añade que tras los atentados, el Gobierno turco ha cerrado varias webs de periódicos como la de Yeni Hayat Daily y otros cuatro portales del entorno del movimiento Hizmet.

La oficina del primer ministro envió una «orden de silencio» sobre la publicación de imágenes del momento de la explosión

Menos de una hora después del ataque suicida del aeropuerto Atatürk de Estambul, el Gobierno retomó una táctica ya utilizada en otras ocasiones, especialmente desde el pasado verano. La oficina del primer ministro envió una «orden de silencio» sobre la publicación de imágenes del momento de la explosión, de las labores de los equipos de emergencia y de cualquier otra noticia que abordara de forma «exagerada» la narrativa de muertos y heridos, según han confirmado a ABC periodistas turcos. Al día siguiente de los atentados, uno de los principales periódicos en inglés, The Daily Sabah, no recogía ninguna mención a los atentados en su edición impresa. En la edición web de este medio, un columnista relacionaba los atentados de Daesh a que los yihadistas se han dado cuenta de que «Erdogan es el campeón del islam y que por ello le han colocado en su diana» .

Periodistas de los sectores más críticos con Erdogan han discutido estos días sobre el recurrente dilema de si cubrir a fondo o no los atentados y los pormenores de su investigación. Según Bülent Keneş, columnista de Yeni Hayat, «el 90-95% de los medios audiovisuales turcos están bajo control directo o indirecto de régimen, así como el 80% de la prensa escrita. Twitter, Facebook y YouTube también han sufrido medidas represoras» . Los medios afines, dice Keneş, han cincelado sus líneas editoriales acorde a lo que esboza Erdogan en sus discursos. «Solo atienden a indirectas de las palabras del presidente. Canales como la pública TRT han preferido voluntariamente no hacer menciones al atentado. Probablemente como consecuencia de directrices en el pasado», añade. Ambos periodistas señalan a Yiğit Bulut , consejero de prensa del presidente turco, de estar detrás de estas circulares a los medios y de ser el «ejecutor» de la política cada vez más represiva del Gobierno turco con los medios. «Esto no es una situación para estar orgullosos. Es sólo una parte desagradable más de la senda antidemocrática de Turquía bajo el gobierno despótico de Erdogan», concluye.

Turquía está desbordada por amenazas internas y externas. Su propia deriva de radicalización religiosas tampoco le ha ayudado, según analiza para ABC Pedro Baños , coronel del Ejército español de Tierra y analista geopolítico. «Ahora Turquía está indicando que asume la política del Kremlin de dejar en el poder a Al Assad», agrega. Por su parte, Balci tiene claro que Erdogan está decidido a «convertirse en el presidente ejecutivo en 2017 y que para ello pretende arrastrar al país a elecciones anticipadas en el otoño de 2016».

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