Elecciones EE.UU. 2020
Trump ya tiene en marcha la maquinaria de reelección más formidable
Falta un año para la cita electoral de 2020 y, a diferencia de 2016, el presidente no deja nada al azar y ha gastado más de 500 millones para seguir en la Casa Blanca
Un año antes de las anteriores elecciones presidenciales, Donald Trump se abría paso en las primarias del Partido Republicano con una campaña de bajo coste que empleaba a 19 personas y operaba desde una oficina en su rascacielos de Nueva York. Cuatro años después, el actual presidente tiene en marcha la maquinaria de reelección más formidable y bien engrasada en la historia reciente de la política norteamericana.
Trump no quiere dejar nada al azar, y en lo que va de año ya ha recaudado 308 millones de dólares [276 millones de euros] en donaciones, que le han permitido contratar a más de 200 personas y alquilar una enorme sede a apenas tres kilómetros de la Casa Blanca. (Parte de las oficinas centrales de la campaña siguen estado en la torre Trump de Nueva York). El presidente no pierde el tiempo, y en lo que va de año ya ha mantenido 15 mítines en 12 estados. El lunes tiene otro en Kentucky.
Cuando Trump consiguió ganar la nominación en julio de 2016 lo hizo tras haberse gastado 63 millones de dólares, una cifra ridícula comparada con sus contrincantes y predecesores. En esta ocasión, cuando quedan todavía ocho meses para el congreso en que el Partido Demócrata elegirá a su candidato, el presidente, que no tiene oposición de verdad en las primarias, lleva gastada la friolera de 531 millones, una buena parte en anuncios de radio, televisión y redes sociales.
La sombra del «impeachment»
No son pocos los peligros a los que se enfrenta Trump en su reelección. Lo más importante es que con toda probabilidad será el primer presidente en la historia que hará campaña después de haber sido recusado en el proceso de «impeachment» , ya que los demócratas cuentan con los votos necesarios para hacerlo en la Cámara baja del Capitolio.
Está por ver qué sucede con el «impeachment» en el Senado, donde los republicanos son mayoría. Los muy pocos críticos que tiene Trump en su partido están en esa cámara, y ninguno de ellos tiene tirón electoral. Tras la muerte el año pasado del senador John McCain (candidato perdedor a la presidencia en 2008) el principal detractor del presidente en el Partido Republicano es Mitt Romney (candidato perdedor a la presidencia en 2012).
Sin disidencia interna, Trump ni siquiera va a tener que tomarse la molestia de ir a primarias. De momento, el Partido Republicano ha cancelado las primarias en Kansas, Carolina del Sur, Nevada, Arizona y Alaska. El resto se resiste por no hacerle un feo a los tres candidatos que han anunciado que le disputarán la candidatura a Trump: el exdiputado y exgobernador de Carolina del Sur Mark Sanford ; el exdiputado de Illinois Joe Walsh , y el exgobernador de Massachusetts Bill Weld . En las pocas encuestas que hay, ninguno de ellos supera el 3% de apoyos.
Así las cosas, a Trump sólo le queda saber a cuál de los 18 candidatos demócratas se enfrentará, para adaptar la campaña a un contrincante u otro. Su principal objetivo es superar su listón de 2016 y ganar el voto popular, que perdió por casi tres millones de papeletas frente a Hillary Clinton .
Hasta hace apenas unas semanas la apuesta segura de los demócratas era el exvicepresidente Joe Biden . Trump así lo creía, y los demócratas en el Capitolio están convencidos de que por ello en una llamada que hizo el 25 de julio al presidente de Ucrania le pidió a este que su gobierno investigue a un hijo de Biden que en el pasado hizo unos cuestionados negocios en ese país.
Esa llamada ha propiciado el «impeachment», y puede ser en realidad el mayor impedimento del presidente de cara a las elecciones de dentro de un año.
Noticias relacionadas