Trump pospone su viaje a Dinamarca ante la negativa a vender Groenlandia
El presidente de EE.UU. ha señalado que Mette Frederiksen ha sido capaz de «ahorrar una gran cantidad de gastos y esfuerzos» para ambos países al ser «tan directa»
En uno de los conflictos diplomáticos más estrambóticos de los tiempos recientes, el presidente de Estados Unidos canceló anoche un viaje previsto para Dinamarca porque el Gobierno soberano de este país se niega a negociar la venta de Groenlandia, la mayor isla del planeta que además es constitucionalmente soberana y por lo tanto no puede ser comprada.
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«Dinamarca es un país muy especial que tiene gente increíble, pero dados los comentarios de la primera ministra Mette Fredriksen según los cuales no tiene interés en negociar la venta de Groenlandia , pospongo para más adelante el encuentro que teníamos previsto celebrar en dos semanas», escribió anoche Donald Trump en su cuenta de la red social Twitter.
Denmark is a very special country with incredible people, but based on Prime Minister Mette Frederiksen’s comments, that she would have no interest in discussing the purchase of Greenland, I will be postponing our meeting scheduled in two weeks for another time....
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 20, 2019
Trump viajará a Polonia el 31 de agosto , y en ese viaje tenía previsto hacer una parada en Copenhague. Altos funcionarios de la Casa Blanca filtraron la semana pasada a medios norteamericanos que el presidente quiere comprar Groenlandia, donde EE.UU. tiene una base aérea desde 1943. El propio Trump confirmó el domingo sus planes, refiriéndose a ellos como «un gran negocio inmobiliario».
Groenlandia, donde viven 60.000 personas y que en un 80% está cubierta de hielo, fue inicialmente colonizada por Noruega y Dinamarca. Parte de la corona danesa desde el siglo XIX, fue ocupada militarmente por EE.UU. en 1941 para contener el avance de los nazis hacia el oeste. En 2009 el parlamento danés aceptó conceder una soberanía limitada por la cual la isla controla no solo su gobierno sino también su sistema judicial.
Tras la filtración de los planes de Trump, la primera ministra danesa calificó la idea de absurda. «Groenlandia no está en venta. Ni siquiera es propiedad de Dinamarca. Groenlandia sólo pertenece a los groenlandeses», dijo Frederiksen en una entrevista concedida el domingo al diario Sermitsiaq. «Espero que esa idea no sea más que una broma», añadió. El Gobierno autónomo de Groenlandia también ha rechazado frontalmente cualquier oferta de compra por parte de EE.UU.
La Casa Blanca tiene una larga tradición de compra de territorios a otras naciones. En 1803 EE.UU. le compró a Francia la Luisiana, que hoy es un 25% de su terreno continental, por 15 millones de dólares de la época. Seis décadas después le adquirió a Rusia la península de Alaska, por la que pagó la ganga de 7,2 millones de entonces. En 1898 obligó al Reino de España a venderle las Filipinas por 20 millones, aunque las islas obtuvieron su independencia en 1946. La compra más reciente es de 1917, cuando el gobierno norteamericano obtuvo las Islas Vírgenes por 25 millones. Las compró a Dinamarca, el país al que ahora Trump quiere adquirir Groenlandia.