Trump pone al frente de Energía a quien quiso suprimir el cargo
El exgobernador de Texas Rick Perry fue uno de los impulsores de la producción eólica
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El presidente electo, Donald Trump, parece empeñado en llenar de titulares el proceso de transición, pleno de contradicciones y decisiones inéditas. La designación del nuevo secretario de Energía, Rick Perry, se suma a este listado. Que el victorioso candidato se decante para un cargo por un político que haya propuesto suprimirlo ya es chocante, aunque lo es más que el protagonista se apunte a esa responsabilidad como si el pasado ya no existiera. Una supuesta mala memoria que suele achacarse a la interesada forma de actuar de los políticos, tan denostados la pasada campaña por el propio Trump y sus acólitos.
Ocurrió durante la campaña republicana de las primarias de 2012. El entonces gobernador de Texas defendió que el Departamento de Energía tenía que desaparecer y prometió suprimirlo si era elegido presidente de Estados Unidos . Era parte de la lista de propuestas de Perry para cumplir con la reducción de la presencia del Estado, en aras de la reducción del gasto y de la eficiencia, una demanda habitual de los republicanos. Es la filosofía del Small Government -Estado Pequeño- que con tanto ahínco impulsó Ronald Reagan, y que forma parte de las esencias del partido conservador. Aunque la anécdota dio para más que un simple anuncio de recortes, porque ni siquiera se acordó del nombre del departamento: «Hay tres agencias que suprimiré si soy presidente: Comercio, Educación y… eh, eh… Ahora no me acuerdo…» No logró hallar en su memoria el nombre de la tercera cartera, que precisamente era Energía, según reconocerían él mismo y su equipo de campaña.
El olvido de entonces extrañó porque durante su larga responsabilidad como gobernador -acabó sumando quince años, 2000-2015-, puesto en el que sucedió a George W. Bush, adoptó importantes iniciativas energéticas en un estado como Texas, el estado petrolero de Estados Unidos por excelencia.
Pero Perry no sólo se dedicó a mimar la principal fuente de energía texana. También situó a su estado como uno de los pioneros en energía eólica, sobre todo a partir de 2005, cuando se aprobó su nueva legislación. Los datos son elocuentes: a su llegada, en 2000, Texas producía sólo 116 megawatios a la hora. Cuando dejó su cargo, se acercaba casi a 6.000. En la actualidad, con casi 16.000 megawatios, la producción de electricidad eólica supone la décima parte de toda la energía que produce el estado.
Veteranía
James Richard Perry -Paint Creek, Texas, 1950- , un veterano de la política estadounidense, también optó este año a las primarias republicanas, entre los dieciséis aspirantes que disputaron la nominación a Donald Trump. Como en el caso del afroamericano Ben Carson, el presidente electo ha decidido repescar a otro de sus enemigos políticos, en el proceso más ruidoso y polémico que se recuerda.
Además de la política energética, el departamento que asumirá Rick Perry también es el encargado de supervisar el arsenal de armas nucleares del país. Y no sólo de Estados Unidos. El trabajo de seguimiento del acuerdo internacional firmado por Obama con Irán en materia nuclear recae en este departamento. Algunos consideran que su perfil político, y no de experto nuclear, constituye un paso atrás en la Administración estadounidense, que ha contado con dos físicos, el Nobel Steven Chu y Ernest J. Moniz como últimos secretarios.
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