Trump, furioso con el libro de Woodward: «Es un fraude, un invento»
El retrato de la Casa Blanca «trumpista» del prestigioso autor estadounidense sorprende al presidente y a su equipo con el pie cambiado
Pasaron varias horas desde que los primeros fragmentos del libro ‘Fear’ (‘Miedo’, en inglés), del periodista y autor Bob Woodward, coparan los medios de comunicación de EE.UU. y las redes sociales la tarde del lunes hasta que la Casa Blanca reaccionó. Es el último retrato de una Administración Trump lastrada por filtraciones , paranoias, crisis de Gobierno, peleas intestinas, investigaciones judiciales, sitiada por la prensa y comandada por un presidente volcánico, ególatra e intempestivo. No es el primero de estos libros, pero su firma es la más prestigiosa hasta el momento en ocuparse de este nuevo género literario : Woodward, además de ser una leyenda del periodismo por sus investigaciones en el escándalo Watergate, se ha especializado en las últimas décadas en libros muy documentados sobre presidentes, desde Richard Nixon a Barack Obama.
Donald Trump y su equipo sabían de la existencia del libro y de su inminente publicación. Con todo, cuando los episodios más llamativos salieron a la luz parecían con el pie cambiado . Tras tardar varias horas en reaccionar, Trump puso a funcionar toda la artillería con el objetivo habitual en estos casos: desacreditar al autor.
Desde la tarde del lunes, hasta ayer, envió once mensajes en Twitter refutando las revelaciones de Woodward, comandadas por comunicados de altos cargos que, según el libro, han insultado y minusvalorado al presidente. «Las palabras despectivas sobre el presidente que se me atribuyen en el libro de Woodward nunca fueron pronunciadas, ni por mí ni en mi presencia», aseguró el secretario de Defensa, el general James Mattis, que calificó las atribuciones de Woodward como «ficción» y «producto de una rica imaginación» . En el libro, el máximo responsable militar de EE.UU. dice tras una reunión tensa con Trump que el presidente tiene el entendimiento «de un niño de quinto o sexto de primaria».
Acusaciones dolorosas
Woodward también asegura que otro general, John Kelly, jefe de Gabinete en la Casa Blanca, llamó «idiota». «No es verdad. Es exactamente lo opuesto» , reaccionó Kelly en un comunicado, reciclado de otro emitido en mayo en el que también se le acusaba de no llevarse bien con el presidente y en el que aseguraba que su relación es «sincera y fuerte».
También acudió al rescate la secretaria de Prensa, Sarah Huckabee Sanders, que calificó al libro de ser «nada más que historias inventadas, muchas de ellas por exempleados descontentos, para hacer quedar mal al presidente ». Sanders concedió que el presidente «a veces es no convencional, pero siempre consigue resultados».
Trump quiso salir al paso de algunas de las acusaciones más dolorosas. Por ejemplo, que había calificado a su fiscal general, Jeff Sessions, de «retrasado mental» y «estúpido sureño» . «Nunca dije ninguna de las dos, nunca he usado esos términos con nadie», aseguró en sus mensajes, donde también calificó a las alegaciones de Woodward como «fraudes» e «inventos» y acusó a Woodward de ser un «agente demócrata» y de lanzar el libro para perjudicarle en las elecciones legislativas.
La publicación de Woodward da detalles de cómo el equipo de Trump trata de controlar los impulsos del presidente limitando su información o incluso distrayendo documentos de la mesa de su despacho para que se olvide de ellos. El relato concuerda con la intervención fallida de Trump en el libro . Según se ha comprobado en una conversación telefónica entre él y Woodward -que el presidente permitió que se grabara-, el autor contactó a seis altos cargos para entrevista a Trump, pero nunca le llegó la petición. Trump protestó porque quería aparecer en el libro y dar su visión sobre su presidencia. Al parecer, su equipo creyó que dejarle hablar solo iba a empeorar las cosas.
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