Trump aprovecha el ataque para endurecer su veto migratorio

Riñe al Departamento de Justicia por «aguar» el decreto contra la inmigración

MANUEL ERICE

Donald Trump vuelve a la carga en su empeño de restringir el acceso de visitantes musulmanes a Estados Unidos, después de que su primer intento muriera a manos de los tribunales, nada más aterrizar en la Casa Blanca. El presidente norteamericano ha aprovechado el impacto del ataque terrorista de Londres para promocionar la llamada Travel Ban, el decreto para prohibir la entrada a ciudadanos de países de mayoría musulmana con terrorismo en su territorio, con el que quiso establecer un endurecimiento de la política de inmigración, pero que los jueces enmendaron y hoy siguen teniendo en su punto de mira. Con una vuelta de tuerca que tiene como objetivo a su propia Administración, a Trump no le importó arremeter ayer contra el Departamento de Justicia, al que acusó de «aguar» su decreto para frenar la inmigración procedente de aquellos países. Y le exigió que acuda a la Corte Suprema, donde presentó hace unos días el proyecto recortado, para «volver a endurecerlo».

«Prejuicio antimusulmán»

Trump lanzó su nueva campaña en Twitter, la red social que utiliza habitualmente para plantear quejas y disparar críticas con su particular estilo. En su serie de tuits, el presidente estadounidense convirtió a su propia Administración en diana. Con la acusación de haber actuado «con excesiva corrección política», Trump apeló al Departamento de Justicia para que recupere su decreto original de prohibición de acceso y se mostró orgulloso de que se denomine Travel Ban (Prohibición de Viajar). Este departamento, que encabeza el Fiscal General, remitió hace unos días a la Corte Suprema una versión del decreto adaptada al espíritu jurídico que emana de las resoluciones judiciales de los tribunales emitidas desde que Trump firmó su versión original. Frenada por los jueces , la primera prohibición de acceso a ciudadanos de siete países musulmanes fue sustituida en marzo por un segundo decreto , suscrito también por Trump, que pese a reducir el listado de países a seis (Irán, Libia, Sudán, Somalia, Siria y Yemen), convertir en «temporal» la prohibición a los ciudadanos sirios y suprimir la preferencia de los ciudadanos cristianos, volvió a ser bloqueado en los tribunales. En la actualidad, de las minorías religiosas que entran a EE.UU., los musulmanes representan poco más de la quinta parte del total, un 22%, frente a una gran mayoría de cristianos, que suman el 61%. El principal reproche jurídico de los jueces estriba en el «prejuicio antimusulmán».

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