Trifulca en el Parlamento de Turquía durante el debate sobre la extensión de poderes de Erdogan
El partido islamista y gobernante AKP tiene el apoyo de los ultranacionalistas para cambiar la Constitución y crear un sistema presidencialista
Empujones, agarrones, puñetazos y hasta un mordisco . Las coberturas de los debates parlamentarios no suelen incluir estos términos, aunque en Turquía no es la primera vez que los diputados recurren a los mamporros por la incapacidad de acordar dialogando.
Los diputados del islamista y gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) y del socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP) se enzarzaron anoche en una pelea durante una de las sesiones de debate parlamentario para cambiar la Constitución . La reforma, promovida por el AKP y apoyada por el Partido de Acción Nacionalista (MHP), supondría el establecimiento de un sistema presidencialista en el que Recep Tayyip Erdogan , el ahora presidente, aumentaría sus poderes ejecutivos.
Presentado el borrador, los diputados tienen que aprobar uno a uno los 18 artículos de la propuesta de ley con una mayoría mínima de 330 votos para después ser votado en referéndum, previsiblemente a finales de marzo o en abril.
Los políticos llegaron a las manos por el intento de los diputados del CHP de grabar a los miembros del AKP votando los artículos fuera de las cabinas instaladas para asegurar que el voto sea secreto. Desde el comienzo del debate sobre la aprobación de este paquete de reformas a principios de semana, han estado presentes las críticas a los diputados del AKP por evitar votar en secreto.
Los medios locales han informado de que durante la refriega un miembro del CHP incluso llegó a morder la pierna de uno de sus colegas del AKP.
Posible rebelión
Tanto los socialdemócratas como los prokurdos del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) han mostrado su oposición frontal a la medida. Y a pesar de que la mayoría del AKP y el MHP suma 355 escaños, por encima de la barrera necesaria de 330 votos, no se descarta por completo una posible rebelión interna en la bancada de alguno de los partidos. De ahí que un diputado del AKP haya llegado a apuntar a la agencia estatal de noticias Anadolu que si la reforma no se aprueba en el hemiciclo, Turquía convocaría unas nuevas elecciones parlamentarias.
No obstante, a pesar de la trifulca, hasta el momento cada uno de los cinco artículos votados ha superado el umbral de los 330. Hoy continúan las sesiones y las votaciones.
Si la reforma entrara en vigor, Erdogan incorporaría, entre otras, la competencia para nombrar y cesar ministros y un mayor número de altos magistrados. Además recuperaría el liderazgo del AKP, el partido que el mismo cofundó en 2001. En la actualidad la ley obliga al jefe de la República a no tener vínculos políticos con ningún partido, para así asegurar, en teoría, su neutralidad. Bajo la nueva Constitución planeada, se convocarían elecciones generales en 2019 y un mismo candidato se podría presentar hasta dos veces. Es decir, Erdogan podría gobernar el país hasta el 2029.
Mientras que sus seguidores señalan que el sistema presidencialista otorgaría al país un liderazgo fuerte y necesario para evitar Gobiernos frágiles de coalición, los detractores de la reforma sostienen que de esta manera solo aumentaría el autoritarismo y el poder personal de Erdogan.
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