Tras los bombarderos rusos, Irán mandará a Venezuela destructores navales
Los cazabombarderos nucleares Tupolev TU-160 regresaron este viernes a Rusia
Vinieron y se fueron sin las manos vacías. Los cazabombarderos nucleares Tupolev TU-160 regresaron este viernes a Rusia tras realizar una visita de cinco días a Venezuela, envueltos en sorpresas y polémicas, que le prodigaron al régimen de Nicolás Maduro.
Su retorno no fue anunciado por el anfitrión que les dio la bienvenida el lunes pasado, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, ni por la Asamblea Nacional que les exigió abandonar el país caribeño por no tener autorización parlamentaria, sino nada menos que por la propia Casa Blanca de Donald Trump.
Del yanqui «go home» los norteamericanos le lanzaron a los rusos «na dome» (a casa) de su propia receta. «Hemos hablado con representantes de Rusia y se nos ha informado que sus aviones militares que aterrizaron en Venezuela partirán el viernes y regresarán a Rusia», dijo el pasado miércoles la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, en un correo enviado a Reuters.
La impactante flotilla rusa aterrizó con 4 aviones de guerra en primer lugar en el aeropuerto Simón Bolívar en Maiquetía en la capital venezolana. Estaba compuesta por dos bombarderos nucleares Tupolev T-160, de última generación y los más grandes de su tipo que fueron utilizados en la guerra de Siria, también conocidos como los cisnes blancos, con capacidad de transportar misiles cruceros en un radio de 5.500 kilómetros. Y los acompañaban un avión de carga AN-124 Ruslan y un avión de pasajeros Il-62 con 100 pilotos, ingenieros, mecánicos y técnicos.
Una vez cumplido el espectáculo mediático en Caracas como una demostración de fuerza del poderío ruso para amedrentar, un desafío a Washington y de paso un respaldo a Nicolás Maduro por el rechazo internacional que ha generado la toma de posesión de su segundo mandato por ilegítimo el próximo 10 de enero , los rusos se dirigieron a la base militar Libertador en Palo Negro a cumplir con otra misión.
El analista chavista Walter Martínez dijo en la estatal Venezolana de Televisión (VTV) que los bombarderos rusos, que llevan 4 tripulantes, habían despegado desde la base Libertador, situada en Maracay a dos horas de Caracas, recorrieron el mar Caribe, sobrevolando las islas venezolanas Las Aves y la Tortuga, y luego fueron al sur bordeando la costa de Brasil por el Atlántico para regresar finalmente la base Libertador.
Pago por el apoy0 logístico
Hay un detalle, los vuelos de los bombarderos rusos no son rastreables por los radares, afirmó Martínez. En los hangares de la base de Palo Negro, la principal base militar de la Fuerza Aérea Bolivariana, los Tupolev TU-160, descargaron 550 toneladas de armamento y material estratégico, según fuentes chavistas, que pidieron el anonimato. Lo que no se sabe es lo que se llevaron de vuelta a Moscú como parte del pago por su apoyo logístico a Maduro.
Maduro ha aprovechado la presencia de los aviones de guerra rusos para denunciar un supuesto de complot por parte de Colombia, Brasil y Estados Unidos. «Me quieren asesinar», dijo. Esta sería la conspiración número 50 que ha denunciado el mandatario durante su mandato de 6 años. Sin embargo, la comunidad internacional ha descartado la posibilidad de una intervención militar contra el régimen y más bien ha decidido enfocarse en las presiones y sanciones contra los altos cargos chavistas.
El presidente colombiano, Iván Duque , ha expresado su preocupación por la presencia de los bombarderos rusos. «No es un buen gesto», le recriminó a su vecino. «No podemos dejarnos provocar, no podemos que Venezuela empiece a usar este tipo de herramientas de provocación. El continente debe estar alerta. No es solamente un acto inamistoso contra Colombia, sino también para la región. Ese tipo de maniobras no son prudentes», comentó Duque.
Destructores de Irán
Pero Maduro insiste en traer a los rusos, «a Venezuela seguirán llegando aviones y equipos militares rusos», dijo hace dos días, pero no ha aclarado cómo y con qué pagará esos envíos de guerra, mientras no hay divisas para importar alimentos y medicinas para atender la severa crisis humanitaria.
Es probable que el mandatario venezolano vuelva a sorprender dentro de poco con la llegada de Irán de dos o tres naves destructoras furtivas de nueva generación que se esperaban una semana antes de que aterrizaron los aviones rusos.
El subcomandante de la Armada iraní, e l contralmirante Touraj Hassani Moqaddam, ha indicado que la misión en Venezuela de estas naves —con capacidad de portar helicópteros, lanzar torpedos y derribar aviones— podría durar cinco meses.
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