ATENTADOS EN BRUSELAS

La trágica luna de miel de Jennifer García

La joven, de 29 años, iba a viajar a Nueva York junto a su marido, que está en coma

Jennifer García Scintu, junto a su marido el día de su boda

ROSALÍA SÁNCHEZ

«Entramos a su apartamento para comprobar si había algún mensaje en el contestador automático o alguna señal de que haya intentado ponerse en contacto», explicaba ayer su tío, Claudio Scintu , que se negó a aceptar que Jennifer haya fallecido hasta no recibir la confirmación oficial, a pesar de que la joven de 29 años estaba en el aeropuerto de Bruselas a la hora del atentado y a pesar de no haber tenido noticias de ella desde entonces y hasta el pasado viernes. «Constaba como desaparecida, pero la han identificado como uno de los fallecidos» , reconocía a regañadientes a una radio local. En el piso todo está como lo dejaron ellos, la lista de la compra pegada en la puerta de la nevera y junto a la puerta una bolsa con ropa que pensaban donar a un centro de refugiados, según confirma su tío, a quien le cuesta admitir que Jennyfer no llegue a entregar esa donación personalmente.

Viaje de novios pospuesto

Cuando la bomba estalló en el aeropuerto de Zaventem, Jennifer, que tenía triple nacionalidad –española, alemana e italiana– , y su marido, estaban en los mostradores de facturación de Delta Airlines , para coger un vuelo con destino a Nueva York . Se trataba de una luna de miel postergada por falta de presupuesto. «Se casaron con lo mínimo, muy enamorados, y decidieron que esperarían un año para tener tiempo de ir ahorrando y celebran su primer aniversario de boda en Nueva York», ha explicado EL SEÑOR Scintu. Tras la explosión, Lars quedó en coma, con heridas graves, y sigue internado en el Hospital Universitario de Bruselas. Todavía no ha sido informado del trágico destino de su mujer.

Lars trabajaba como enfermero y llevaba todo el año haciendo turnos extra para obtener más ingresos y realizar el viaje con un poco más de holgura. Jenny era agente de ventas y había planeado ir a por el primer niño después de un año de matrimonio. Formaban una pareja muy deportista. Ambos jugaban al balonmano, salían a correr una ruta fija en el Kurpark. Disfrutaban organizando reuniones con amigos a las que no faltaban los miembros del equipo de balonmano de Lars, el Schwarz-Rot Aquisgrán, del que era capitán y con el que ganó su último partido el viernes anterior al vuelo. En la página web del equipo todavía pueden verse las fotografías en las que aparecen ambos

El jueves, la pandilla de amigos del matrimonio colgó fotos de la joven en un grupo de Facebook para la búsqueda de desaparecidos en los atentados. «Seguimos buscando a nuestra amiga Jennifer. Está desaparecida desde el martes, 22 de marzo. Estaba en el aeropuerto de Zaventem durante los atentados». «Hablé con ella la noche anterior para despedirme. Estaba muy ilusionada. Bromeamos sobre el regalo que nos traería del viaje y quedamos en que a la vuelta iríamos juntas a la peluquería y me contaría todos los detalles», ha relatado una amiga.

Llegaron demasiado pronto al aeropuerto . Según su horario de vuelo, no tendrían por qué haber estado todavía facturando el equipaje, faltaban varias horas, pero, conociéndolos, seguramente estaban impacientes por emprender el viaje», deduce el tío de Jennifer, «habían quedado en que nos enviarían un último mensaje confirmando la partida cuando ya estuviesen embarcando».

Ese mensaje nunca fue escrito. La vida de Jenny se apagó en un estallido como los que ella tanto había lamentado el 14 de noviembre, cuando colgó en su cuenta de Facebook una imagen en fondo negro, con el perfil de la Torre Eiffel y sobre la que se leía «Pray for Paris» (Rezad por París).

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