Theresa May asume personalmente el liderazgo de la negociación del Brexit
La «premier» relega al ministro del Brexit, Dominic Raab, breve sustituto de Davis
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Theresa May ha dado el paso que todos esperaban ante la inestabilidad que vive su Gobierno durante este periodo. La primera ministra británica anunció ayer que asume, a partir de ahora, total y «personalmente» las negociaciones del Brexit apartando al recién nombrado ministro para la salida de la Unión Europea, Dominic Raab , tras la dimisión de su antecesor, David Davis. En un breve comunicado difundido a la Cámara de los Comunes, la «premier» informa a los parlamentarios que la estrategia de Reino Unido en los contactos con Bruselas será a partir de ahora cosa suya, dejando relegado a Raab.
May arrincona, por tanto, al departamento del Brexit de estas funciones, que estaba plagado de euroescépticos hasta la salida de Davis y su número dos, Steve Baker , quienes no se mostraron de acuerdo con el nuevo plan a seguir. Este departamento pierde fuerza en favor de otra división gubernamental, que ha ido cogiendo impulso e importancia en este proyecto, y que cuenta con la total confianza de May: la Unidad Europea de la Oficina del Gabinete. Esta oficina está liderada por Olly Robins , que es mirado con escepticismo por los más «brexiters» conservadores y que a partir de ahora «tendrá la responsabilidad general de la preparación y realización de las negociaciones, con el apoyo del ministerio para el Brexit y otros que sean necesarios».
Dominic Raab sí reconoció ayer abiertamente que en el pasado, cuando Davis (partidario de un Brexit duro) aún dirigía esa cartera había habido «tensiones» entre ambos departamentos y que estos cambios lo que harán es garantizar y reafirmar que haya «una cadena de mando que haga obtener el mejor trato posible».
Un hecho simbólico
Para tratar de suavizar este arrinconamiento, la «premier» asegura que el ministerio para el Brexit seguirá implicado en el proceso y continuará liderando las preparaciones domésticas del Gobierno, tanto para un escenario de salida con acuerdo como sin acuerdo, y toda la legislación necesaria para implementar el futuro acuerdo», asegura en el texto difundido ayer.
En cualquier caso, Raab no se reunirá a partir de ahora con el negociador jefe de la UE , Michel Barnier , como dejaba claro en una conferencia ante el Parlamento, donde ratificaba que «ella está al mando, yo soy su adjunto».
El mismo día, por cierto, en el que May hacía otro anuncio, que tampoco gustó a los euroescépticos, ya que las leyes de la UE permanecerán en vigor en suelo británico hasta diciembre de 2020, cuando acaba el periodo de transición que ambos han ratificado. Por tanto, la fecha de salida de Reino Unido del club comunitario, 29 de marzo de 2019, queda meramente como un hecho simbólico que no tendrá efecto en ninguno de los acuerdos a los que se llegue con Bruselas en estos meses.
May justifica este movimiento como «necesario». La dirigente explicaba en el comunicado que «es esencial que el Gobierno se organice de la manera más eficaz para permitir al Reino Unido salir de la Unión Europea».
May mete así marcha directa para agilizar unas negociaciones que deben estar concluidas para el mes de octubre dando así tiempo a todos los Parlamentos de los países europeos, incluido el británico, a aprobar el acuerdo . Una fecha que el propio Raab no se atrevía a confirmar en su comparecencia ante los Comunes. «Lucharemos durante todo el período hasta octubre para asegurarnos de que esté todo listo, pero no puedo dar un momento preciso en el que quede claro si finalmente habrá o no acuerdo», manifestó el ministro.
May tiene ante sí ahora la fase definitiva de unas negociaciones que ha tratado de encarrilar con su propuesta hace dos semanas, conocida como el Libro Blanco , en la que suavizaba la postura británica siendo tildada por parte de los más euroescépticos de su partido como «Brexit blando» y criticada también por su ala más proeuropea tras las concesiones que tuvo que hacer a los «brexiters» para conseguir su apoyo.
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