Termina la odisea del Diciotti con el Gobierno populista enfrentado
El ministro italiano del Interior, Salvini, investigado por la Justicia por retenerles, se atribuye el éxito del desembarco de los 150 inmigrantes
Gracias a la importante ayuda de la Iglesia italiana se acabó la odisea de la nave Diciotti de la Guardia Costera italiana, que en la noche del sábado al domingo pudo desembarcar en el puerto de Catania a 150 inmigrantes que había salvado diez días antes en aguas maltesas. El resultado supone un éxito político para el vicepresidente y ministro del Interior, Mateo Salvini, aunque el fiscal de Agrigento, Luigi Patronaggio , ha decidido indagarlo por secuestro de personas, abuso de poder y retención ilegal. Salvini ha recibido la decisión de la fiscalía como un regalo y se ha colgado una medalla. Ha calificado de «vergüenza» la investigación de la magistratura, a la que ha desafiado: «Que me arresten si quieren, pero no podrán detener a 60 millones de italianos. No podrán parar el cambio».
El caso ha dividido al país y ha alejado aún más al gobierno italiano de Bruselas. Salvini había adoptado una posición durísima contra el desembarco de prófugos en Italia, pidiendo a la Comisión europea que los repartiera en varios países de la UE, solicitud que no fue atendida. El gobierno negoció en los últimos días con algunos países no comunitarios, encontrando la colaboración de Albania e Irlanda, que acogerán cada uno a 20 inmigrantes». Se negocia también con Montenegro y Serbia que podrán acoger también algunos inmigrantes. «Doy las gracias al gobierno de Albania, que se ha demostrado más serio que el francés», ha dicho Salvini. El gesto de Irlanda se ha hecho por la coincidencia de la visita del papa Francisco al país. Precisamente, decisiva ha sido la intervención de la Iglesia para encontrar una solución, un gesto que se considera de relevancia nacional. M atteo Salvini trató con la Conferencia Episcopal italiana (CEI), bajo la supervisión del secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin. «La Iglesia italiana -afirma la CEI en un comunicado- garantizará la acogida a un centenar de inmigrantes de la nave Diciotti. El acuerdo con el Ministerio del Interior se ha logrado para poner fin a los sufrimientos de estas personas en el mar desde hace días». Los propios inmigrantes han contado las torturas a las que fueron sometidos en Libia: Los menores pasaron ocho meses en un local sin ver la luz del sol, y todas las mujeres confesaron haber sido violadas.
El ministro del Interior Salvini canta victoria y alardea de que los italianos no tendrán que pagar, como él había prometido, ni un euro por la acogida de estos inmigrantes de la Diciotti, ya que, según él, «pagará la Iglesia con sus recursos y los países que se han ofrecido a acogerlos». Salvini ha recibido el apoyo unánime de la Liga y de la derecha. El líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, ha manifestado: «La fiscalía ha hecho una investigación absurda. Era una cuestión exclusivamente política y la magistratura no tenía que haber intervenido mínimamente. Expreso mi apoyo y cercanía a Salvini», ha dicho Berlusconi.
El Gobierno ha dado también su apoyo al ministro del Interior, poniendo de relieve que no debe dimitir, lo que ha motivado duras críticas por parte de la oposición, que acusa al Movimiento 5 Estrellas de doble moral. En efecto, el 2016 el entonces ministro del Interior, Angelino Alfano, fue indagado por «abuso de poder». En esa ocasión, el líder del Movimiento 5 Estrellas, Luigi Di Magio, invocó una inmediata dimisión que debía producirse «antes de 5 minutos».
Con Salvini imputado, la Liga cree que puede alcanzar en unas próximas elecciones el 40%. Su consenso en las últimas semanas llegó al 30%, un porcentaje muy superior al 17,5% que logró en los comicios del 4 de marzo.
El caso de la nave Diciotti ha mostrado un país completamente dividido en el plano de los valores y de la política. Hay una Italia que considera que hay un derecho que se debe respetar, y en consecuencia una nave italiana como la Diciotti, con una tripulación militar por pertenecer a la Guardia Costera, tenía la obligación de salvar a los inmigrantes. Hay otra Italia, la que apoya a Salvini, que piensa que los inmigrantes son ilegales y no se les debe acoger en este país porque son causa de problemas, sobre todo en cuestión de orden y seguridad.
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