Los talibanes vuelven a cerrar las escuelas para niñas
Tras anunciar su reapertura, el régimen integrista se limita a apuntar 'problemas técnicos' por el velo y los uniformes
Solo una semana después de que el Ministerio de Educación afgano anunciase que se reabrirían ëste miércoles los colegios de Secundaria para las niñas, los talibanes han dado un giro completo y han vuelto a echar el cierre a las escuelas cuando decenas de miles de alumnas acudían jubilosas a clase. El gobierno fundamentalista afgano -en el poder desde el pasado verano- se ha limitado a señalar que se han producido «problemas técnicos» relacionados con el uniforme islámico que deben portar las alumnas; aunque todo apunta a una disputa interna entre las corrientes del movimiento Talibán, que de momento se ha saldado con la victoria del sector más radical.
Kabul vuelve a imponer, de momento, la interpretación radical de la Sharía, la ley islámica , que presidió su primera etapa en el poder (1996-2001) y prohíbe la educación de las mujeres y el trabajo de estas fuera del hogar. El regreso al poder de los 'barbudos' de modo inopinado y pacífico -tras la salida de los norteamericanos decretada por el presidente Biden- vino acompañada el pasado mes de agosto de vagas promesas de moderación en la aplicación de su ideario que, hasta la fecha, se han quedado en buenas palabras.
No obstante, la presión internacional y, sobre todo, la necesidad de recibir ayuda humanitaria de miles de millones de dólares para satisfacer las necesidades básicas de la población, llevaron al nuevo régimen talibán a difundir su intención de llevar a cabo reformas en varios terrenos. Uno de ellos fue, precisamente, la educación de las mujeres, que durante las dos últimas décadas experimentó un ascenso impresionante. Los talibanes llegaron a admitir que las jóvenes afganas podrían volver a la universidad, siempre que fuera en aulas distintas a las de los varones y con hiyab, el velo islámico, pero la norma no puede aplicarse por falta de infraestructura y profesorado. El gobierno también anunció la reapertura de los institutos femeninos de estudios secundarios, siempre que se cuidara el manual de la Sharía. Hasta el cerrojazo dictado el miércoles.
La prohibición de la enseñanza de las chicas -más allá de los estudios primarios, que están admitidos- es una de las varias discriminaciones contra la mujer que establece la ley islámica , plenamente vigente en Afganistán y presente, en diverso grado, en el resto de naciones de mayoría musulmana. Otras, no menos denunciadas, tienen que ver con el vínculo matrimonial: la mujer no puede divorciarse, pero el hombre puede casarse hasta con cuatro esposas y puede repudiarlas; la musulmana no puede contraer matrimonio con un no musulmán, pero el varón mahometano sí puede hacerlo con una no creyente (porque la patria potestad de los hijos es solo del varón); el testimonio de un musulmán en un juicio equivale al de dos mujeres; y la herencia de la mujer es la mitad que la que corresponde al hijo varón, entre otras desigualdades.
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