Suspendido el juicio por el asesinato del estudiante italiano en Egipto, torturado durante una semana

Ante la ausencia de los cuatro agentes de los servicios secretos egipcios, presuntos asesinos de Giulio Regeni, el tribunal cancela el proceso al no constar la prueba de que hayan sido avisados, por culpa de la obstrucción de las autoridades egipcias

Ángel Gómez Fuentes

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El asesinato de Giulio Regeni , estudiante italiano de doctorado en la Universidad de Cambrige (Reino Unido), salvajemente torturado y asesinado en El Cairo hace 5 años, conmocionó a Italia y tuvo notable repercusión internacional. Regeni realizaba en la capital egipcia una investigación para un programa de doctorado de la Universidad de Cambridge sobre los sindicatos y leyes laborales en Egipto. Ahora, gracias al coraje de sus padres, que han luchado desde entonces para que se conozca la verdad, el jueves se inició el juicio en el aula búnker de la cárcel de Rebibbia contra cuatro agentes secretos de la Agencia Nacional de Seguridad de Egipto, presuntos asesinos de Giulio.

Pero los acusados no estaban presentes en el aula, porque El Cairo, para encubrir la verdad, siempre ha obstaculizado el proceso . Egipto ni siquiera quiso comunicar, ante la reiterada petición de la justicia italiana, las direcciones de los imputados, por lo que no fue posible notificarles los documentos del proceso. Esto ha motivado que el proceso se haya suspendido al final de la primera jornada. El Tribunal decidió reenviar al juez de instrucción los documentos de la investigación quien deberá volver a intentar notificar las acusaciones a los imputados del proceso y luego poder enviarlos nuevamente a juicio. La decisión sorprendió y amargó a los padres de Giulio Regeni: «Nunca nos hemos rendido en estos años, no pararemos ahora. Así se premia la arrogancia egipcia. “Cobardes asesinos, sabemos quiénes son, no les daremos la paz». Con su decisión, el Tribunal ha garantizado los derechos de quienes los pisotean, según la abogada de la familia Regeni, que pide «revelar los nombres de los cuatro imputados, para que no puedan decir que no sabían que habían sido convocados al juicio».

El estudiante, de 28 años, sufrió indecibles torturas durante una semana: Su cuerpo, desnudo de cintura para abajo, apareció el 3 de febrero del 2016 en una zanja al lado de una carretera, diez días después de que se diera la noticia de su desaparición. Según los forenses italianos que examinaron su cuerpo, Giulio Regeni tenía siete costillas fracturadas, le faltaban cinco dientes, las muñecas y tobillos estaban fracturados, todos los dedos de las manos y de los pies reducidos a huesos rotos, marcas de quemaduras en los testículos y el pene, cardenales en las plantas de los pies y las palmas de las manos, y le quitaron las uñas de las manos y de los pies. La madre de Giulio, hijo único, dijo que solo pudo reconocerlo por la «punta de su nariz», que era angulosa y que le encantaba acariciar cuando era niño. «Vi toda la maldad del mundo en su cuerpo. Lo reconocí solo por la punta de la nariz. El resto de él ya no era Giulio», dijo la madre, Paola Deffendi.

A pesar de las evidentes torturas, las fuerzas de seguridad egipcias dieron la noticia como si se hubiera tratado de un accidente automovilístico. Después, ante las evidencias de torturas aseguraron que Regeni había sufrido una «agresión homosexual». Finalmente, Egipto lanzó la teoría, pura ficción, de que Regeni formaba parte de una red de contrabando de antigüedades.

Juicio a un «sistema de terror»

Ante la ausencia de los cuatro presuntos asesinos, el Tribunal habría juzgado también el «sistema de terror» de los servicios de inteligencia, acusado por la violación de los derechos humanos. El presidente egipcio Abdel Fatah al-Sisi respondió con dureza, aunque no directamente, a las acusaciones y a la solicitud aún informal de comparecer: «Egipto es un Estado que se respeta a sí mismo y respeta plenamente a su pueblo. En Egipto hay un poder que no se somete a ningún dictado sobre derechos humanos. Imponer una visión occidental es un enfoque dictatorial. Les digo a nuestros amigos europeos que tenemos que entender lo que está pasando en Egipto».

El primer ministro italiano, Mario Draghi , había adoptado una decisión importante: La presidencia del Consejo de Ministros se ha constituido parte civil del proceso. Esto significa que todos los primeros ministros italianos que han gobernado desde el asesinato de Regeni en adelante (Renzi, Gentiloni, Conte y Draghi) tenían que haber sido llamados a declarar. Con ellos, también los ministros de Asuntos Exteriores y los jefes de los servicios de inteligencia. De esta forma, el Estado italiano quería estar junto a la familia Regeni, en la batalla por la verdad y la justicia. Además, la abogada de la familia Regeni, Alessandra Ballerini, anunció su intención de llamar también a declarar al presidente Abdel Fattah al-Sisi. Pero con la suspensión del juicio, el juez de instrucción debe reiniciar lo que parece una tarea imposible por la obstrucción de las autoridades egipcias: Hacer llegar a los presuntos asesinos los documentos del proceso con las acusaciones.

Han pasado cinco años de su asesinato, pero los italianos no han olvidado el caso Regeni. Se han escrito libros, se han emitido documentales y se han colgado en los balcones de las instituciones en todo el país carteles en los que se leía: «Verdad y justicia para Giulio Regeni». Italia espera que un día esa frase se haga realidad.

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