Suníes y chiíes lanzan un mensaje unido de condena tras el atentado en Medina

Hasta el momento ningún grupo ha reivindicado los tres ataques que tuvieron lugar este lunes en Arabia Saudí

El emir saudí de Medina, Faisal bin Salman bin Abdulaziz (c), visita el lugar de una explosión cerca de la mezquita del Profeta Mahoma en la ciudad de Medina EFE

MIKEL AYESTARAN

Los países musulmanes viven el primer día del Aid Al Fitr (final del mes sagrado de ramadán) con la conmoción causada por el ataque suicida del lunes en Medina, segunda ciudad más sagrada para el islam. Cuatro guardias de seguridad perdieron la vida cuando sorprendieron a un terrorista que pretendía inmolarse entre los peregrinos. El suicida activó su carga en el aparcamiento próximo a la mezquita donde descansan los restos del Profeta, un ataque sin precedentes que sirvió para unir a suníes y chiíes de todo el mundo , desde Arabia Saudí a Irán, o desde el movimiento talibán a la milicia libanesa de Hizbolá.

El príncipe heredero saudí, ministro del Interior y auténtico hombre fuerte del país, Mohamed bin Nayef bin Abdulaziz , lanzó un mensaje de tranquilidad a la nación y, según recogió la agencia SPA, indicó que «la seguridad del país está bien y gracias a dios se está fortaleciendo». Desde Teherán, el gigante chií de la región, el ministro de Asuntos Exteriores, Mohamad Javad Zarif , denunció que «no hay más líneas rojas que cruzar para estos terroristas. Los suníes y chiíes seguiremos siendo víctimas si no nos unimos». Una unión más alejada que nunca en un Oriente Medio en el que la lucha sectaria está más abierta en las guerras internas que sufren países como Siria, Irak o Yemen.

Naciones Unidas calificó el atentado en Medina de «un ataque a la religión», la misma interpretación que realizaron grupos tan dispares como los talibanes en Afganistán , que lo etiquetaron de un «acto de odio hacia los rituales islámicos», o Hizbolá, que lo vio como «una nueva muestra de que los terroristas desprecian todo aquello que los musulmanes consideran sagrado». La misma milicia chií es etiquetada de «terrorista» por Arabia Saudí debido a su papel de apoyo al régimen sirio.

Sin reivindicación

El golpe en Medina fue el último de una serie de atentados que afectaron el mismo día también a las ciudades saudíes de Qatif y Yeda , en los que no hubo víctimas mortales y que estaban dirigidos a la minoría chií y al consulado estadounidense, respectivamente. Como ocurrió en Turquía tras el atentado en el aeropuerto internacional de Estambul , hasta el momento ningún grupo ha reivindicado estas operaciones, pero Daesh había llamado en repetidas ocasiones a sus seguidores a intensificar sus ataques durante el mes del ayuno.

«Para los radicales este es un mes para la conquista y el saqueo», subraya en la cadena BBC Shiraz Maher , miembro del Departamento de Estudios de la Guerra del King's College London . Maher recuerda que el Profeta lanzó su primera guerra santa en el ramadán del 624 y, ocho años más tarde, conquistó Meca también durante el mes del ayuno, un doble motivo para que los yihadistas traten de imitar al pie de la letra el modelo de Mahoma con los nuevos medios que aplican a la guerra santa en el siglo XXI.

Las autoridades saudíes identificaron al suicida de Yeda, que intentó inmolarse en el consulado de Estados Unidos, y se trata del ciudadano de origen paquistaní Abdullah Qalzar Khan , de 35 años y que llevaba 12 años viviendo en el reino. Pese a la amenaza del Daesh, los musulmanes celebrarán el final del ramadán comidas y cenas familiares durante las próximas jornadas festivas.

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