Suiza rechaza exigir a las empresas mayor transparencia en materia de derechos humanos
Este domingo, el país helvético ha votado en un referéndum sobre esta cuestión y en otro que planteaba frenar la financiación pública de empresas productoras de armas, también con el «no» como opción ganadora
Suiza ha celebrado dos referéndums este domingo. Uno de ellos preguntaba por la obligación de las empresas helvéticas y sus filiales a verificar si sus actividades en el exterior respetan los derechos humanos y las normas medioambientales internacionales. En el otro se debatía si detener la financiación pública de las compañías productoras de material bélico. En ambos plebiscitos ha ganado el «no», aunque con un matiz importante.
En realidad, la mayoría de los electores optaron por exigir a las empresasmostrar sus actuaciones en materia de derechos humanos . De hecho, representan el 50,7% frente al 49,3% opuesto a la medida. Sin embargo, los referéndums nacionales también tienen en cuenta el número de cantones , que son los estados que componen el país alpino, de sistema federal. Y en este caso, doce han reflejado su rechazo contra ocho favorables al texto. Por tanto, al no cumplirse uno de los dos requisitos, la propuesta no puede salir adelante. Según la prensa suiza, es la primera vez que el voto popular es invalidado por el cantonal desde 1955 .
La iniciativa está creada por 130 organizaciones no gubernamentales. Sus seguidores han hecho una intensa campaña por toda Suiza, colgando banderas a favor de la misma, tendencia que ha imitado hasta alguna iglesia. Su eslogan reza «Iniciativa multinacionales responsables, sí» en los idiomas oficiales del país.
En torno a la propuesta, el eje izquierda-derecha refleja de manera nítida qué opinan los perfiles más comunes de cada ideología, según las encuestas. Más del 90% de los seguidores de los principales partidos progresistas se muestran a favor de la medida, frente al, más o menos, 60% de votantes de formaciones conservadoras opuesto a ella.
También el sexo y el poder adquisitivo son claves para entender las diferencias de criterio. El voto femenino y el de las clases bajas es muy partidaria del «sí». De hecho, más del 70% de las mujeres suizas están a favor, ante el 55% de los hombres. En lo que respecta al factor territorial, los cantones germanoparlantes son más reacios a aceptar el texto, en comparación a los cantones de habla francesa e italiana, que se decantan mayoritariamente por el mismo.
Por su parte, el referéndum sobre el fin de la financiación pública a empresas fabricantes de armamento ha tenido el mismo resultado tanto en número de habitantes como de cantones: rechazo (el 57,5% de los votantes frente al 42,5%, y diecisiete estados contra tres). Las compañías implicadas en esta polémica cuestión dedican la mayor parte de su producción a abastecer al Ejército. Sus exportaciones se dirigen principalmente a otras naciones europeas, y representan de manera global menos del 1% de la creación de material bélico.
En esta cuestión se da un fenómeno similar al de la inicitiva que exige a las empresas más responsabilidades éticas, ya que los perfiles según la opción son los mismos. En torno al 90% de los votantes de izquierdas se identifican con cortar la financiación a la industria de guerra. En este caso, un abismo les separa de los electores de derechas, cuya oposición a la propuesta ronda el 70%.
En el ámbito del sexo, el 63% de las mujeres y el 44% de los hombres son favorables al texto. Y con excepciones, los ciudadanos de rentas bajas superan el 50% de apoyos, en contraposición a casi el mismo porcentaje de los más ricos que se oponen a la medida. A diferencia de la otra propuesta, los factores lingüístico y territorial no determinan significativamente la balanza.
Rechazo desde las instituciones
Tanto el Gobierno como el Parlamento suizos recomendaban oponerse a ambas iniciativas. Argumentaban que la aprobación de estas podrían ser perjudiciales para todas las empresas nacionales, incluso para aquellas que no han tenido ningún comportamiento deplorable. Ambas consultas han tenido una baja participación , del 46%, una cifra similar a la media de otras celebradas en el país alpino.
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