Los rebeldes yemeníes matan al expresidente Saleh por «traidor»

Su asesinato se produce 48 horas después de tender la mano a Arabia Saudí

Rebeldes hutíes patrullan en la capital de Yemen, Saná REUTERS

MIKEL AYESTARÁN

Yemen da un paso más hacia el abismo en el que se encuentra sumido desde 2011 tras la muerte del expresidente Alí Abdulá Saleh a manos de los rebeldes hutíes . El mandatario rompió de forma oficial el sábado la alianza que mantenía con este grupo próximo a Irán y que se inspira en la milicia libanesa de Hizbolá, tendió su mano a Arabia Saudí y apenas 48 horas después murió en una emboscada al sur de Saná cuando trataba de escapar de la capital. La gran guerra por la hegemonía regional que libran iraníes y saudíes ha destrozado Yemen y Saleh, que había sido capaz de superar todo tipo de adversidades en sus más de tres décadas como presidente, incluido el auge de Al Qaida en varias partes del país, no pudo superar esta nueva prueba.

En un discurso televisado, el líder rebelde, Abdelmalek Al Huti, aseguró que «la gran crisis que amenazaba la seguridad del país fue superada», en alusión a la violencia que estalló hace una semana en la capital cuando los hombres de Saleh comenzaron sus ataques sobre posiciones de los hutíes, que en realidad son zaidíes, una secta del islam derivada del chiísmo, pero reciben este nombre por el nombre del clan de un líder que subrayó que se ha abortado una «gran conspiración» que representaba una «amenaza para el Yemen». Al Huti calificó a su antiguo aliado de «traidor» .

Los rebeldes han recuperado el control casi total de la capital tras unos días de combates que dejan al menos 125 muertos y 238 heridos , según los datos ofrecidos por el Comité Internacional de la Cruz Roja. El coordinador humanitario de la ONU, Jamie McGoldrick, pidió una «pausa» humanitaria para permitir a los civiles de Saná recibir tratamiento médico, suministros básicos y asistencia humanitaria.

La noticia no dejó a nadie indiferente debido a la importancia de la figura de Saleh en la historia reciente del país. Hakim al-Masmari, director del diario en inglés «Yemen Post», aseguró a la cadena Al Yasira que el país se encuentra «en estado de shock» tras la muerte de «la persona más fuerte de Yemen» y advirtió que «esto no es el final ya que era todo un icono para millones de personas y su muerte no quedará sin respuesta».

Alianza imposible

Saleh, en el poder desde 1978, cuando el país aún estaba dividido en una parte norte y otra sur , tuvo que dejar la presidencia a raíz de las protestas en las calles que estallaron en el marco de la conocida como «primavera árabe», que también afectó a Túnez, Egipto, Libia o Siria. El mandatario, sin embargo, nunca asimiló su pérdida de poder a favor de quien fuera su número dos, Abdo Rabu Mansur Hadi, y en 2014, después del golpe militar de los rebeldes hutíes en Saná, se unió a ellos. Aunque el propio Saleh es zaidí, resultó una alianza de lo más extraña porque él mismo había lanzado varias guerras contras los hutíes cuando era presidente. Esta alianza logró conquistar la mayor parte del país hasta que en marzo de 2015 Arabia Saudí acudió al rescate de Hadi y lanzó una operación militar a gran escala, que sigue en marcha. Desde entonces más de 10.000 personas han muerto, hay más de 50.000 heridos , el país está sumido en la hambruna y es víctima de una epidemia de cólera. Una catástrofe humana a la que no se le ve una salida a corto plazo.

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