Sturgeon pide que Escocia tenga sus propias reglas de inmigración

Su idea es poder utilizar una «visa escocesa» flexible sin las estrictas restricciones que previsiblemente se pondrán en funcionamiento en el resto del Reino Unido

La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, en el Parlamento escocés EP

Ivannia Salazar

Nicola Sturgeon , ministra principal de Escocia, ha manifestado en repetidas ocasiones su intención de recuperar el control de la inmigración en ese territorio y ahora ha solicitado a Londres una cesión de competencias para poner en marcha su propio mecanismo de ingreso con un sistema de visados. Sturgeon ha justificado esta petición en la baja tasa de natalidad, el rápido envejecimiento de la población y también en el impacto que podría tener el Brexit, considerando que la idea del primer ministro Boris Johnson es limitar el ingreso de extranjeros a partir del 2021 por medio de un sistema de puntos semejante al que se utiliza en Australia, aunque aún no se han dado más detalles al respecto.

Sin embargo, la líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP) se encontró con una nueva negativa del Gobierno central, que de inmediato descartó la propuesta y explicó que el complejo tema de la inmigración es, de momento, un «asunto reservado» y que el nuevo esquema que se está creando actualmente «se aplicará a todo el Reino Unido, ya que la introducción de diferencias provocaría un sistema enormemente complicado».

El Gobierno de Sturgeon esperaba que el documento de 92 páginas llamado «Migration: Helping Scotland Prosper» (Migración: ayudando a Escocia a prosperar) en el que presentó su propuesta sirviera como base para empezar las negociaciones con Londres sobre cómo poner en marcha un esquema de inmigración «a medida» que sirva para «garantizar que la población y la fuerza laboral de Escocia puedan crecer después del Brexit». Así, su idea es poder utilizar una «visa escocesa» flexible sin las estrictas restricciones que previsiblemente se pondrán en funcionamiento en el resto del Reino Unido tras el divorcio con los comunitarios. Sturgeon considera que poner fin a la libre circulación dentro de la Unión Europea será perjudicial para todo el Reino Unido, pero especialmente para la economía escocesa, sobre todo en las cada vez más despobladas zonas rurales.

No obstante, las intenciones de Sturgeon no han salido adelante, al menos por el momento. Un portavoz del ministerio del Interior declaró que «queremos comprender las necesidades específicas de todo el Reino Unido, por eso nos hemos comprometido ampliamente con las partes interesadas, incluido el gobierno escocés». La ministra principal no se achantó ante la negativa, y respondió que buscarán «intensificar las conversaciones ahora que hemos publicado estas propuestas».

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