El sospechoso de matar a Madeleine confesó a un conocido que fantaseaba con secuestrar a un niño
A la respuesta de su interlocutor de que esto sería peligroso, Christian B. replicó: «Bah, si luego se eliminan las pruebas»
El rastreo de sus comunicaciones ha llevado años, pero ha desvelado tendencias que la policía alemana considera directamente relacionadas con el secuestro y asesinato de Madeleine . Su presunto asesino, Christian B., que actualmente cumple prisión por otro delito, manifestó por ejemplo en 2013 a un conocido su fantasía de secuestrar y abusar de un niño pequeño. De acuerdo con documentos de la investigación en poder de la Fiscalía de Bruanschweig y a los que ha tenido acceso el semanario Der Spiegel, el ahora convicto en una prisión de Kiel escribió a un conocido por un servicio de mensajería de chat que sentía el deseo de «cazar algo pequeño y utilizarlo durante días». En ese mismo chat, su interlocutor expresó ciertas reticencias a ese plan, alegando que eso sería demasiado peligroso, pero Christian B. replicó: «Bah, si luego se eliminan las pruebas».
La policía alemana ha llegado hasta la desaparición de Madelein encadenando casos relacionados con el sospechoso, que también está siendo investigado por otro posible secuestro , muy similar al de Madeleine, el de la niña alemana Inga, de 5 años de edad, que desapareció en el estado federado de Sajonia-Anhalt en primavera de 2015, durante una excursión con su familia. Christian B. se encontraba por esas fechas en un terreno a 90 kilómetros de distancia del lugar en que fue vista la niña por última vez. En un registro que la policía efectuó un año después, fue encontrado un USB que contenía pornografía infantil, pero ningún rastro del paradero de Inga.
La Fiscalía de Braunschweig ha confirmado esta mañana que parte de la única hipótesis de que Madeleine murió a manos de Christian B. , cuya presencia en el lugar de los hechos quedó confirmada por una llamada realizada por el presunto culpable y que fue registrada por una antena de telefonía móvil.
La prensa alemana ha entrevistado a varios de sus vecinos, en el último domicilio que tuvo en Alemania antes de entrar en prisión, en Braunschweig, que aseguran que a veces lo veían en compañía de novias o amigas demasiado jóvenes y a las que « no trataba bien ».
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