La sombra del «impeachment» amenaza de nuevo a Trump
El presidente reconoce por primera vez que Rusia le ayudó a ganar, pero luego rectifica
A pesar de que la Casa Blanca intenta por todos los medios que el caso de la «trama rusa» quede cerrado de una vez por todas, Donald Trump exhibió este jueves su profundo malestar con el fiscal especial Robert Mueller , quien tras investigarle se ha negado a proclamar sus inocencia , impeliendo a los demócratas a pedir de nuevo su recusación o « impeachment ». Sin embargo, quien debe decidir sobre ese polémico juicio en el Capitolio, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi , no está de momento por la labor, calificándola de «quijotesca».
Desde primera hora de ayer, Trump aireó su irritación con el cierre en falso de la investigación de Mueller. Antes de las ocho de la mañana, hora de Washington , cometió un desliz en la red social Twitter, publicando un mensaje en el que decía: «No tuve nada que ver con que Rusia me ayudara a ser elegido». Era en apariencia la admisión de que, de hecho, el Kremlin le facilitó la victoria con las dos campañas de injerencia cibernética que el fiscal Mueller ha dado por probadas y que han permitido la imputación de una treintena de rusos.
Diez minutos después, el presidente abandonó su residencia en la Casa Blanca de camino a Colorado, donde pronunció un discurso en la ceremonia de graduación de la escuela militar de la Fuerza Aérea. Antes de subirse al helicóptero, Trump rectificó: «No, Rusia no me ayudó a ganar. ¿Saben quién me ayudó a ganar? ¡Yo mismo! ¡Yo gané! Rusia no me ayudó a nada. En todo caso, Rusia ayudó a Hillary Clinton».
Clinton, de hecho, denunció en un discurso de graduación en Nueva York las graves consecuencias de las dos campañas de injerencia de Rusia que el fiscal Mueller ha derivado a los tribunales. Además, la candidata perdedora en las elecciones de 2016 criticó que Trump «se niegue de forma tan tajante a condenar a una potencia extranjera que ha atacado nuestra democracia». Según Mueller, militares y hackers rusos se infiltraron en los servidores de correo electrónico de la campaña de Clinton para robar documentos clasificados que luego publicó WikiLeaks .
«Mueller está frustrado»
Molesto por la rueda de prensa del jueves de Mueller en la que este dio por concluida su labor y dijo que no era su trabajo decidir si el presidente era inocente o culpable, Trump atacó también al fiscal ayer. Sobre todo, dijo que tenía un claro conflicto de intereses porque no le concedió su supuesto deseo de volver a ser director del FBI, cargo que ocupó entre 2001 y 2003.
«Es sabido que es alguien a quien no le gusta Donald Trump –dijo Trump–. Es alguien que no consiguió el trabajo que quería, y está frustrado. Y aunque su investigación ha costado 40 millones de dólares y ha empleado a 18 personas que también odian a Trump, incluidas algunas que ya habían trabajado para Hillary Clinton, y algunas de los peores seres humanos en la faz de la tierra, no han sido capaces de conseguir nada contra mí».
El efecto de la rueda de prensa de Mueller fue el contrario del que la Casa Blanca, que la autorizó, esperaba. En lugar de cerrar el caso, lo dejó en manos del Capitolio y los demócratas se ven ahora forzados a enfrentarse de nuevo al dilema del «impeachment».
La oposición, sin embargo, no considera este desde el punto de vista del interés nacional, sino del beneficio electoral. Por eso Pelosi dijo a los medios que para abrir ese juicio en el Capitolio «antes deben conocerse todos los hechos sobre el supuesto delito». Partes cruciales del informe final del fiscal Mueller siguen siendo clasificadas por decisión de la propia Casa Blanca.
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