«Solo han matado a un inmigrante», terrible frase de la familia de presuntos asesinos en Roma
La víctima, de origen caboverdiano, había intentado evitar una paliza a un amigo y cuatro jóvenes le mataron a golpes
La muerte de un joven italo-caboverdiano a golpes de cuatro energúmenos conmueve a Italia. Willy Monteiro Duarte, de 21 años , nacido en Roma de padres originarios de Cabo Verde, murió en las primeras horas del domingo, masacrado por las patadas y puñetazos de cuatro energúmenos entre 22 y 26 años, dos de ellos hermanos. Willy había tratado de defender a un amigo, a la salida del «Duedipicche», en el centro de Colleferro, en la periferia de Roma, a media hora de la capital. Al ver que era agredido su amigo Federico Zurma, 21 años, excompañero de escuela, decidió intervenir: «Se interpuso entre ellos y yo, porque me estaban golpeando; trató de pacificar, pero cuatro comenzaron a darle una paliza», ha confesado Federico. Los cuatro agresores son acusados de homicidio involuntario, pero la investigación judicial estudia la hipótesis del agravante de racismo por la paliza mortal al joven caboverdiano. Ha producido escalofríos y conmoción en los medios italianos la frase pronunciada por familiares de uno de los cuatro presuntos asesinos de Willy: «¿Al fin y al cabo, qué han hecho? Nada. Solo han matado a un inmigrante» , frase terrible recogida por el diario La Repubblica en la reconstrucción de los hechos.
El homicidio suscita un debate en Italia sobre la bomba social en que se han convertido algunos barrios de las grandes capitales, al tiempo que se levantan voces para que se prohíban las «artes marciales mixtas».
La muerte de Willy, un joven ejemplar, según todos los testimonios de quienes lo conocían, ha conmocionado a Italia. El primer ministro, Giuseppe Conte , ha comentado así la tragedia: «Sinceramente, me quedé muy impresionado, diría conmocionado, hasta el punto de que preferí no hacer declaraciones. Preferí hablar primero con los padres del joven. Encontré a un padre destrozado, como toda la familia. No me toca a mí hacerme cargo de las investigaciones judiciales pero detengámonos y pensemos: "¿Qué le diremos a nuestros hijos? ¿No intervenir en una disputa?», concluyó el primer ministro Conte.
Willy trabajaba como ayudante de cocinero en un hotel y soñaba con ser chef, tras estudiar en el instituto de hostelería Buonarroti de Fiuggi, entre los más prestigiosos de Italia.