El Senado de EE.UU. pide revisar el trato comercial preferente con Hong Kong si China le quita libertades
Amenazando su rol como capital financiera, el Acta por los Derechos Humanos y la Democracia debe ser firmado por Trump, que puede usarlo para presionar a Pekín en la guerra comercial
Por la vía rápida debido a su apoyo unánime tras la última escalada de violencia, el Senado de Estados Unidos ha aprobado este martes el Acta por los Derechos Humanos y la Democracia en Hong Kong. Con dicha moción, insta al Gobierno federal a revisar el trato comercial preferente que concede a esta antigua colonia británica, devuelta a China en 1997, si considera que Pekín no respeta el principio de «un país, dos sistemas» que le otorga autonomía y más libertades que al resto del país. Además, el Senado dio luz verde a otra normativa que prohibiría a las empresas estadounidenses exportar material antidisturbios, como gases lacrimógenos, pelotas de goma y espray de pimienta, a Hong Kong, que lleva ya cinco meses de protestas democráticas cada vez más violentas.
El mes pasado, la Cámara de Representantes aprobó su propia versión de esta Acta, que ahora tendrá que ser unificada con la del Senado antes de enviársela a la Casa Blanca. Dependiendo de cómo vayan sus negociaciones sobre la guerra comercial con China, para el presidente Trump puede ser una patata caliente o una oportunidad para presionar a Pekín en busca de un acuerdo más beneficioso. Una vez recibida, Trump tendrá diez días para firmarla, lo que enfurecería a Pekín , o vetarla, lo que frustraría a los manifestantes hongkoneses que han confiado en el apoyo estadounidense a su causa democrática.
Si saliera adelante, dicha Acta obligaría a la Casa Blanca a evaluar cada año la autonomía política y libertades de la ciudad, cuestionadas por el creciente control del régimen chino. Tal revisión determinaría si Hong Kong merece o no el estatus comercial especial que Washington le otorgó en 1992, vital para seguir siendo la capital financiera de Asia y recibir el 70 por ciento de las inversiones extranjeras que luego entran en China. Además, el Acta prevé sanciones a individuos o entidades que se considere que hayan violado los derechos garantizados por la Ley Básica, «mini-Constitución» de Hong Kong.
«EE.UU. ha enviado un claro mensaje a los hongkoneses que luchan por sus largamente apreciadas libertades: os escuchamos, seguimos con vosotros y no nos quedaremos quietos mientras Pekín socava vuestra autonomía», se congratuló en Twitter el senador republicano de origen cubano Marco Rubio, destacado anticomunista que ha impulsado esta Acta por su combativa postura contra el régimen chino. A su juicio, «la aprobación de esta moción es un importante paso para pedir responsabilidades a aquellos funcionarios del Gobierno chino y de Hong Kong por la erosión de su autonomía y violación de derechos humanos».
Como vienen haciendo desde que se planteó el Acta, tanto el régimen de Pekín como el Ejecutivo local de Hong Kong mostraron inmediatamente su más contundente rechazo por lo que consideran una «injerencia en asuntos domésticos» . Además, un portavoz del Gobierno hongkonés criticó que «cualquier cambio unilateral de la política económica y comercial de EE.UU. tendrá un impacto negativo en las relaciones entre ambas partes y en sus propios intereses», según informa la radiotelevisión pública RTHK. Como advertencia velada, recordó que en Hong Kong hay 85.000 estadounidenses y 1.344 negocios de ese país, destacando además que su superávit comercial con la ciudad ha sido durante la última década el mayor de todos los que tiene con otras naciones: 33.000 millones de dólares (29.800 millones de euros) en 2018.
Por su parte, la Oficina de Enlace del Gobierno central chino en Hong Kong también expresó su «indignación y condena» , según informa la agencia estatal de noticias Xinhua. En un comunicado, el portavoz chino de Exteriores, Geng Shuang, instó a EE.UU. «a que dé los pasos que impidan que el Acta se convierta en una ley», amenazando con «tomar las medidas necesarias para oponerse decididamente y salvaguardar la soberanía nacional, la seguridad y el desarrollo», recoge el periódico «South China Morning Post».
Aunque el Acta ha sido demandada por los manifestantes como herramienta de presión sobre Pekín, algunos expertos creen que, en caso de ser aprobada, a quien más perjudicará es a la propia ciudad, agravando el serio deterioro de su economía por las protestas. Mientras China está ya buscando otras alternativas que reemplacen a Hong Kong como capital financiera, sus demandas de pleno sufragio universal corren el riesgo de ser moneda de cambio en su duelo con Trump.
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