El Senado de EE.UU. pacta una ampliación del techo de gasto
Se pospone hasta diciembre una negociación que todavía puede paralizar a la primera economía mundial
La gran crisis del techo de gasto de EE.UU. se aplaza, pero solo de momento. Demócratas y republicanos en el Senado norteamericano alcanzaron la noche del jueves un acuerdo por el cual extienden el límite de deuda nacional hasta el 3 de diciembre, evitando así que EE.UU. entre en impago de deuda el 18 de octubre, que era la fecha límite estimada por el departamento del Tesoro para esta ampliación.
Finalmente los republicanos cedieron a las presiones del presidente Joe Biden y aceptaron pactar la ampliación del techo de gasto, ante la posibilidad, catastrófica, de que EE.UU. no pudiera pagar a su acreedores, algo que provocaría una recesión en toda regla. Ls negociaciones, lideradas por el líder conservador Mitch McConnell, duraron hasta ya entrada la noche.
El acuerdo permite elevar el techo de la deuda en unos 480.000 millones de dólares (415.000 millones de euros), algo que permite seguir operando al gobierno hasta el 3 de diciembre. A fecha de agosto de 2021 la deuda pública del país asciende a 28.427 billones de dólares.
Moody's Analytics ha vaticinado que no aumentar el techo de gasto en plena pandemia le costaría a la economía estadounidense hasta seis millones de puestos de trabajo, provocaría pérdidas de 15 billones de dólares y haría que la tasa de desempleo aumentara a aproximadamente el 9%, del 5,2% actual.
La deuda pública aumentó ocho billones con Donald Trump, pero los republicanos se resistían a permitirle a Biden y los demócratas aumentar ese límite de endeudamiento, sobre todo en el marco de otras negociaciones fiscales.
En principio, los demócratas podrían haber aprobado esta ampliación en solitario, pero con un arduo proceso que tomaría tiempo y largas negociaciones. Además hay una facción centrista que está en medio de una guerra con el ala izquierda, los llamados progresistas, por otros paquetes de gasto.
La mayoría de los demócratas en el Capitolio es mínima. En la Cámara sólo tienen ocho escaños más que los republicanos, de un total de 435. En el Senado cada partido tiene 50 escaños, y la vicepresidenta, Kamala Harris, goza del voto de desempate. Pero para aprobar leyes en esa Cámara Alta se necesita en realidad consenso: 60 votos. Existe un complicado mecanismo para sortear ese requerimiento.
Los demócratas están divididos por un paquete de gasto social, sanitario y medioambiental con un precio estimado de 3,5 billones de dólares y defendido por la izquierda. Biden en principio lo apoya, pero los senadores demócratas más moderados quieren cortarlo a la mitad o menos, porque les parece, como a los republicanos, excesivo.
Mientras los demócratas centristas no cedan, el ala izquierda, comandada por Bernie Sanders y diputados como Alexandria Ocasio-Cortez, se niega a aprobar en la Cámara de Representantes un paquete de infraestructuras de 1,2 billones de dólares que sí apoyan los republicanos. También han condicionado el techo de gasto a esa negociación.
Según dijo ayer Karine Jean-Pierre, portavoz en la Casa Blanca, «este es un paso positivo adelante porque da un respiro del catastrófico incumplimiento al que nos estábamos acercando debido a la decisión del senador McConnell hacer política con la economía».