Sarah Sanders, defensora feroz de Trump como secretaria de Prensa, dice adiós

Fue el propio presidente quien dio el anuncio de la salida de Sanders: «Después de tres años y medio, la maravillosa Sarah Huckabee Sanders dejará la Casa Blanca a finales de mes para volver a casa, en el gran estado de Arkansas»

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«Es una guerrera», aseguraba este jueves Donald Trump antes de invitar a Sarah Huckabee Sanders al estrado en un acto público. Apenas una hora antes, el presidente de EE.UU. había anunciado la marcha de su portavoz principal, una escudera feroz y leal que en su cargo de secretaria de Prensa se ha fajado durante dos años en la primera línea de la guerra de Trump contra los medios de comunicación.

«La maravillosa Sarah Huckabee Sanders dejará la Casa Blanca a finales de mes para volver a casa, en el gran estado de Arkansas», adelantó Trump en Twitter. «Es una persona muy especial con talentos extraordinarios, que ha hecho un trabajo increíble. Espero que se decida a presentarse a gobernadora de Arkansas, sería fantástica».

La alusión a una posible carrera política para Sanders no es casual. Según la CNN, la secretaria de Estado había discutido con su entorno esa posibilidad, que entraría en la tradición familiar. Su padre, Mike Huckabee , ya fue gobernador de Arkansas entre 1996 y 2007 y fue candidato a presidente en 2008 y 2016 antes de entregar su apoyo a Trump. Si esa es su entrada en política, no será inminente, ya que las próximas elecciones para disputar el cargo no se celebran hasta el otoño de 2022. «El trabajo más importante que he tenido nunca es ser una madre para mis hijos y es el momento de volver a casa», dijo Sanders en Twitter.

De momento, nada hace pensar que esta salida tenga que ver con las sacudidas de cargos que han marcado la Administración Trump. Mientras que por la Casa Blanca han pasado ya siete directores de comunicación, Sanders ha sido una presencia constante y con influencia creciente. Primero, como segunda del anterior secretario de Prensa, Sean Spicer . Después, como su sucesora, se ha partido la cara por el presidente con una prensa muy combativa contra Trump, defendiendo episodios sonrojantes como sus comentarios sobre las manifestaciones supremacistas en Charlottesville o políticas muy controvertidas como la separación de familias en la frontera. Incluso llegó a falsear información sobre el despido del ex director del FBI, James Comey, como la propia Sanders reconoció después ante el fiscal de la trama rusa, Robert Mueller. Sanders, de confesión cristiana evangélica, afirmó a comienzos de año en una entrevista en la televisión religiosa CBN que Dios «quería que Donald Trump fuera presidente».

Con el paso del tiempo, su relación con los medios se deterioró y acabó con una tradición de la Casa Blanca, la de la rueda de prensa diaria. Ayer se cumplían 94 días sin comparecencia , una decisión que Trump aplaudió. En su lugar, Sanders hacía apariciones frecuentes en la cadena Fox News, la más amable con el presidente, y celebraba encuentros breves e informales con la prensa a las afueras de la Casa Blanca.

Su lealtad transformó su papel como portavoz en una de las voces con más peso en la Administración Trump, presente en las decisiones clave y en las reuniones de más alto nivel. «No podría estar más orgullosa de haber tenido la oportunidad de servir a mi país y trabajar en particular para este presidente», dijo Sanders en su despedida. « Amé cada minuto, incluso los más duros ».

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