Salvini ofrece a Draghi su disponibilidad sin condiciones para formar gobierno
El Movimiento 5 Estrellas también ha anunciado que dará su apoyo «con lealtad»
Mario Draghi consigue un «milagro»: la dividida clase política se une , en algunos casos no sin sufrimiento y debate interno, para subirse al carro del expresidente del Banco Central Europeo (BCE), y darle a coro su apoyo para un gobierno de salvación nacional, durante los cuatro días de consultas con los partidos políticos, fase cerrada este sábado. Un nuevo turno con las partes sociales y nuevamente con los partidos se iniciará a partir del lunes.
De momento, para Italia se ha abierto ya un nuevo periodo con grandes sorpresas, una especialmente relevante: la Liga antieuropeísta da un giro de 180 grados y quiere entrar en un gobierno abiertamente europeísta. Su líder, Matteo Salvini, ofrece a Draghi la más completa disponibilidad sin ningún tipo de condiciones o vetos. Salvini, secesionista de la primera hora como líder, pasó a dirigir una Liga contra Europa y ahora, ante Draghi, se muestra como un patriota favorable a la unidad y salvación del país. Detrás de este cambio fundamental de Salvini está su brazo derecho, Giancarlo Giorgetti , amigo desde hace tiempo de Draghi. Giorgetti se hace eco de los deseos de los empresarios y una buena parte del electorado del norte que considera fundamental mantener buenas relaciones con Europa, para facilitar en el futuro un posible gobierno del centro derecha encabezado por Salvini.
Para dar idea de la espectacularidad del cambio de Salvini, basta un dato: al término de la entrevista con Draghi, frente a preguntas sobre los dos temas que siempre han sido su mantra, seguridad e inmigración, respondió: «Lo que importa ahora es la recuperación económica, el bien del país está por encima de los intereses personales».
Encuentro «estimulante»
Salvini calificó de «estimulante» el encuentro con Draghi y mostró su «sintonía» con los temas tratados para lograr «la recuperación del país»: «En el centro de la entrevista estuvo el tema de crecimiento , del desarrollo económico, realización de obras de construcción, turismo, trabajo y el rechazo al aumento de impuestos. No establecemos condiciones. Hablamos de Europa: no se trata de ser proeuropeos o antieuropeos. Si se quieren defender los intereses nacionales, queremos formar parte de un gobierno que vaya a Bruselas con la cabeza alta». Salvini concluyó que «no es el momento para decir no» y apostó por un gobierno de unidad en el que «todos tendremos que ceder algo».
Un caso concreto del cambio espectacular de la Liga lo ha dado el diputado Claudio Borghi , asesor de Salvini en temas económicos, conocido por su radical oposición al euro y feroces críticas a Bruselas y a Draghi en el pasado. Ahora, Borghi quiere jugar en el equipo de Draghi. En un tuit, Borghi ha escrito: «Coger las críticas que se le hicieron a Draghi cuando era presidente del BCE, para dirigirlas ahora al primer ministro Draghi, es como si tomáramos los abucheos que le dirigíamos a un futbolista de un equipo contrario y los seguimos manteniendo si viene a jugar en nuestro equipo ».
El líder de la Liga ha evocado –también lo han hecho otros líderes políticos- a Alcide De Gasperi (demócrata cristiano) y Palmiro Togliatti (comunista), figuras políticas centrales después de la Segunda Guerra Mundial, adversarios que en un momento dramático para Italia supieron unirse en la misión de salvar al país, aunque luego cada uno siguió su camino político. Fue precisamente Dragi el primero en hablar de guerra contra el virus: tras definir a la pandemia como «una tragedia de proporciones potencialmente bíblicas», el expresidentes del BCE escribió en marzo 2020 en un artículo en el «Financial Times»: «Estamos frente a una guerra contra el coronavirus y debemos movernos en consecuencia». Draghi lanzó entonces todo un programa de gobierno destacando que de esta guerra se sale con deuda pública, ayudas y sin subida de impuestos.
En definitiva, la novedad importante de las consultas de Draghi con los partidos es que la Liga ha enterrado sus radicales lemas soberanistas , con el objetivo de ganar una imagen presentable ante Bruselas y las cancillerías europeas. En consecuencia, Salvini se mostró partidario de entrar con ministros en un gobierno y sentarse con los aliados de hace año y medio (Movimiento 5 Estrellas) y con el adversario de siempre (Partido Democrático).
Grillo impone el «sí»
El último partido que ha recibido Draghi ha sido el M5E, encabezado por el fundador Beppe Grillo. El M5E ha ofrecido su disponibilidad: «Nosotros estaremos con lealtad. Estamos dispuestos a superar cualquier cosa en el interés del país», dijo Vito Crimi, jefe político del M5E, tras el encuentro con Draghi. «Hemos pedido –añadió- no disminuir la renta ciudadanía y que el gobierno sea solidario, ambientalista y preeuropeo». El cambio de Crimi ha sido radical. Su primera declaración después de que el presidente Mattarella encargara a Draghi la formación de gobierno, fue su rotunda oposición, en línea con la corriente más populista y euroescéptica del M5E. Para evitar la división y el desconcierto del M5E, Grillo ha tenido que venir a Roma para reunirse con sus parlamentarios e imponerles el apoyo a Draghi.
Draghi ha escuchado a todos con atención y ha tomado notas, mostrándose siempre prudente y sin hacer concesiones . Por ejemplo, cuando la delegación del Partido Demócrata le sugirió que no se arriesgara en formar una mayoría que no fuera homogénea, para no pasarse la vida mediando, Draghi replicó: «Les agradezco su franqueza, yo haré la síntesis. Luego, por supuesto, dependerá de ustedes decir si esta síntesis es de vuestro agrado o no y deberán hacer las valoraciones». Esta ha sido la idea que ha transmitido en las consultas a sus interlocutores, según coinciden los medios italianos: «Confíen en mí, en mi historia y europeísmo. Yo decidiré, luego corresponderá a ustedes la responsabilidad de adoptar una decisión».
Todos los líderes políticos hablan muy positivamente de Draghi tras las consultas. Pero algunos, al despedirse, ya le han advertido que ahora todo son bendiciones, pero en el Parlamento será otra cosa. Y Grillo, en su blog, le ha advertido con una cita de Platón: «No conozco un camino infalible para el éxito, pero sí un fracaso seguro: querer agradar a todos».
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