Rusia toma Jersón, clave en su empeño por ocupar el litoral del mar Negro, y se dirige hacia Odesa

Las Fuerzas Armadas ucranianas informan de que 3 buques con misiles se acercan por aguas del Mar Negro a la tercera ciudad más importante del país

Tropas prorrusas en un tanque en los alrededores de Mykolaivka Reuters / Vídeo: Rusia se hace con su primera gran ciudad en Ucrania - ATLAS

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Tras haber progresado a través de la franja costera del mar de Azov, el Ministerio de Defensa ruso aseguró ayer haber tomado la ciudad de Jersón , cuya provincia en su parte sur llevaba ya días bajo el control del operativo militar ruso. El alcalde de esta localidad, Ígor Kolijáyev, confirmó este extremo. Rusia habría dado un importante paso en su empeño de ocupar ahora el litoral del Mar Negro en dirección hacia Odessa y después hacia el oeste, hasta llegar al enclave separatista moldavo de Transnistria.

El avance por el sur de Ucrania parece imparable. Las Fuerzas Armadas ucranianas también han informado de que en las aguas del Mar Negro hay al menos cuatro grandes barcos rusos de desembarco acompañados por tres barcos de misiles en dirección a Odesa , la tercera ciudad más importante del país.

El Ejército ucraniano informaba ayer que «tropas aerotransportadas rusas han desembarcado en Járkov», la segunda ciudad de Ucrania. En el comunicado difundido en Telegram, los militares de Kiev sostenían que en Járkov hay combates en curso y los soldados rusos «han atacado un hospital». Járkov ha estado sometida a bombardeos, que causaron muertos entre los civiles y serios daños en edificios e infraestructuras. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski , calificó lo sucedido en Járkov de «crímenes de guerra». Antón Geráshenko, uno de los portavoces del Ministerio del Interior ucraniano, afirmó que un misil de crucero ruso impacto ayer contra el ayuntamiento de la ciudad.

Otros edificios fueron también alcanzados por las bombas, entre ellos una comisaría, un centro docente adscrito a la universidad y varias viviendas. Tras la decena de muertos del martes, ayer se contabilizaron cuatro víctimas más y una decena de heridos entre la población civil.

Sistema de alerta

Tras los ataques con misiles del martes, los habitantes de Kiev sufrieron ayer nuevos bombardeos, en un claro indicio de que el Ejército ruso trata de romper las defensas ucranianas para penetrar en la ciudad. Una fuerte explosión se produjo en la estación de ferrocarril, afectando a una cañería esencial de suministro de calefacción de la capital. El sistema de alerta de bombardeos ha permitido a la población ponerse a salvo en el metro, en refugios subterráneos y en los sótanos de las viviendas. La parte norte de la ciudad sigue amenazada por la presencia de un imponente despliegue de tropas rusas llegadas en un inmenso convoy de tanques, blindados y otros vehículos militares. El alcalde de Kiev, Vitali Klichkó, advirtió que «las tropas rusas se concentran cada vez más cerca». Llamó a la población a mantener alta la moral y no fiarse de «las múltiples mentiras que difunde el enemigo. Confíen solamente en los comunicados oficiales».

Por primera vez, los disparos con misiles de crucero se cebaron ayer también con la localidad de Yitomir, en la parte oeste del país. Las autoridades locales reportaron cuatro muertos y serios daños en las infraestructuras. El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas recalcaba ayer que «ante la falta de avances, el enemigo sigue disparando misiles y bombardeando infraestructuras para intimidar a los civiles».

En la nota castrense se asegura que «los ocupantes están sufriendo severas pérdidas» y apuntan la cifra de 5.840 militares rusos muertos en los siete días de ofensiva. Moscú no ha facilitado hasta ahora ningún dato sobre el número de bajas propio. El Ejército ucraniano sostiene además haber destruido 211 tanques, 30 aviones, 31 helicópteros, 862 vehículos blindados, 85 lanzaderas de artillería , dos embarcaciones y tres drones.

Dos cazas rusos, precisamente, del tipo Su-35C, fueron derribados ayer en Kiev, según el Estado Mayor ucraniano. El Ministerio de Defensa, por su parte, anunció ayer que los «numerosos» prisioneros rusos en poder de Kiev serán entregados directamente a sus madres, si se toman la molestia de ir a Ucrania a por ellos. Indicó que «a diferencia de los fascistas de Putin, nosotros los ucranianos no estamos haciendo la guerra contra las madres y sus hijos capturados».

Navalni llama a la protesta

El opositor número uno de Rusia, Alexéi Navalni, llamaba desde la cárcel a salir a la calle para protestar contra la guerra y exigir la dimisión del presidente Vladímir Putin . En el terreno informativo, la Fiscalía General de Rusia ordenó el martes, por culpa de la cobertura «inadecuada» sobre la guerra, suspender las emisiones de la radio Eco de Moscú y del canal de televisión Dozhd, ambos son de los pocos medios opositores que van quedando en Rusia.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, no quiso pronunciarse al respecto, señalando que es un asunto de la Justicia. Informó que la delegación rusa para las negociaciones de paz se encuentra ya en Belovézhskaya Pusha, en Bielorrusia, cerca de la frontera con Polonia. Hoy llegará la delegación ucraniana para mantener una segunda ronda de conversaciones.

Mientras tanto, en la frontera bielorrusa se siguen concentrando fuerzas que podrían ser no sólo rusas sino también las que están a las órdenes del dictador Alexánder Lukashenko , quien el martes dio a entender que podría intervenir también en la guerra.

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