Moscú no acepta pagos de Berlín y Scholz alerta de cortes de gas
El rechazo de los pagos se debería a que existen «ambigüedades en su procesamiento»
Qué pasaría si Europa cierra el grifo al gas de Rusia
Rusia notificó este jueves que no acepta un pago de gas a través de la filial de Gazprom Germania , anteriormente en manos rusas y administrada en fideicomiso por la Agencia Federal de Redes alemana desde que fue intervenida por Berlín. Los pagos habían sido efectuados a por entregas de gas natural a Alemania y Austria de abril y mayo. El Ministerio Federal de Economía y Clima ha confirmado el rechazo de los pagos debido a que, según un comunicado, existen «ambigüedades en su procesamiento» . Se trataría de «volúmenes marginales de gas de alrededor del 0,2% de los volúmenes de importación de Rusia a Europa», una cantidad reducida que podría ser fácilmente sustituida por compras en el mercado. La seguridad de suministro en Alemania está garantizada y el Gobierno insiste en que los pagos deben seguir realizándose «en euros según contrato». Pero se trata sin duda de un aviso y el canciller alemán, Olaf Scholz , durante la visita que realiza a Japón, señaló el jueves que «Alemania debe prepararse» para un corte de suministro similar al que han sufrido ya Polonia y Bulgaria. «Hay que estar preparados para ello» , dijo, «y de hecho ya lo estábamos antes del comienzo de la guerra y sabemos lo que tenemos que hacer».
GM&T es una subsidiaria británica de Gazprom Germania. A principios de abril, el Gobierno federal ordenó a la Agencia Federal de Redes que actuara como fideicomisario de la subsidiaria de Gazprom mientras la empresa estatal rusa intentaba reasignar acciones en la empresa. El presidente ruso, Vladímir Putin , anunció entonces medidas de represalia. Los pagos rechazados suponen un nuevo paso de escalada en el conflicto latente entre la Unión Europea y Rusia, aunque, según la Agencia Federal de Redes, las instalaciones alemanas de almacenamiento de gas natural se están llenando de nuevo. El nivel actual de los depósitos es del 33,4%, valor comparable al de 2017 y significativamente superior al de la primavera de 2015, 2018 y 2021, según el informe de gestión del suministro de gas, lo que apunta que el suministro está garantizado, al menos hasta el próximo invierno. Las consecuencias, eso sí, serían desastrosas para la economía. El Bundesbank ha advertido que Alemania entraría en recesión y fuentes citadas por ‘Bild Zeitung’ calculan que el cierre del grifo del gas ruso supondría la pérdida de 30 millones de puestos de trabajo en toda la UE.
Gazprom, compañía energética rusa de propiedad estatal, obtuvo unos beneficios netos de 28.000 millones de euros el año pasado . El Gobierno alemán ha confirmado que paga entre 60 y 200 millones de euros diarios a Rusia en concepto de importaciones energéticas. Desde que Putin decretó que los pagos han de realizarse en rublos, las empresas alemanas se sirven de una puerta de atrás que deja ese decreto, de manera que una filial efectúa el cambio de divisas para poder pagar en euros y que el dinero llegue en rublos.
Pero la perspectiva de negocio se está nublando por momentos. «Si no nos preparamos ahora, podemos ser chantajeados gravemente poco antes del invierno», advierte el experto en energía Georg Zachmann. Las compañías alemanas de energía están discutiendo intensamente con sus grandes consumidores dónde y cuánto gas se podría ahorrar en una emergencia. Las empresas están examinando sus redes de producción en busca de sistemas que puedan cerrarse sin mayores consecuencias en caso de que se produzca el temido cuello de botella. Lo único que está claro hasta ahora es que se debe dar prioridad a los hogares privados y las instalaciones públicas, aunque varias grandes empresas están pidiendo una nueva formulación de los protocolos de racionamiento. «La priorización actual del suministro de gas para los hogares privados antes que la industria debe reconsiderarse con urgencia», dijo el jueves, por ejemplo, el nuevo director ejecutivo del especialista en sensores Sick, Mats Gökstorp , en la presentación del balance de la compañía, «hay que encontrar un equilibrio, las dos áreas dependen demasiado la una de la otra».
Punto de inflexión
Wintershall DEA, un líder europeo de petróleo y gas con sede en Kassel y con una asociación de más de 30 años con la corporación estatal Gazprom, es seguramente la empresa alemana en la que más empleados hablan ruso. Participó en la financiación de los gasoductos marítimo s North Stream 1 y 2 , y la compañía de inversiones Letterone del oligarca ruso Mikhail Fridman es actualmente propietaria de alrededor de un tercio de sus acciones. Su CEO, Mario Mehren, confirma que nos encontramos ante un «punto de inflexión fundamental». Pero el Gobierno alemán rechaza todo alarmismo y destaca la rapidez con la que está trabajando en la sustitución de las fuentes rusas de energía.
El canciller Scholz está trabajando en una alianza de hidrógeno con Tokio. Ha visitado la empresa Chiyoda en Yokohama, que ha desarrollado y probado una técnica para transportar hidrógeno a través de los océanos y ha lanzado un claro mensaje desde allí: «El hidrógeno es el nuevo gas», aprovechando además la oportunidad para advertir contra la desglobalización y el proteccionismo. La visita marca, por cierto, un giro en la política alemana hacia Asia. «No es coincidencia que mi primer viaje como canciller a esta región del mundo me lleve hoy aquí, a Tokio» , ha dicho Scholz, que se ha referido a Kishida como el primer jefe de Gobierno en la región del Indo-Pacífico, y que no ha buscado contacto con China, país que su predecesora Merkel visitó con mucha más frecuencia que Japón.
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