Rumanía vota por el conservador Iohannis y por más Europa

En la segunda vuelta de las presidenciales celebrada ayer, el europeísta Klaus Iohannis obtuvo alrededor de un 65% de los votos

El presidente electo de rumanía Klaus Iohannis EFE

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A punto de cumplirse treinta años de la sangrienta revolución de diciembre de 1989, que derrocó al tirano comunista Nicolae Ceausescu, Rumania ha confirmado su firme deseo de permanecer en Europa con la reelección, en la segunda vuelta de las presidenciales celebrada ayer, del europeísta Klaus Iohannis. El liberal obtuvo alrededor de un 65% de los votos , según el estado del escrutinio al cierre de esta edición, infligiendo la más dura derrota desde la caída del régimen comunista a un candidato del principal partido de la izquierda, el ex primer ministro socialdemócrata Viorica Dancila , que recogió solamente el 33% de los votos como castigo, fundamentalmente, por las prácticas autocráticas y corruptas.

«Es una victoria importante, la victoria más categórica conseguida nunca contra el PSD», declaró Iohannis tras conocer los primeros resultados, ante los militantes reunidos en la sede del Partido Nacional Liberal (PNL), por el que se presentaba, «recibo esta victoria con alegría, con modestia y con confianza en Rumanía».

Iohannis, que representa la opción proeuropea y anticorrupción, tiene por delante un período relativamente fácil de convivencia con el Gobierno dirigido por Ludovic Orban , liberal como él, hasta las elecciones parlamentarias en otoño del año que viene. Durante ese plazo afianzará seguramente su política de combate a la corrupción y tratará de acelerar la integración de Rumanía en la Unión Europea . En Rumanía los alineamientos políticos se invierten respecto a otros países, de manera que el centro-conservador Iohannis apuesta por Europa mientras que los socialdemócratas, herederos del Partido Comunista, adoptan respecto a Bruselas posiciones defensivas, cuando no abiertamente populistas, en la línea de Viktor Orbán en Hungría o Jaroslaw Kaczynski en Polonia. El archienemigo de Iohannis, Liviu Dragnea, líder histórico y padrino maestro del Psd rumano, se encuentra actualmente en prisión, condenado a tres años y medio, por varios delitos de corrupción y su partido había tratado de suavizar su situación penal privando de independencia al poder judicial. «Vengo a votar por la defensa de los rumanos y los intereses nacionales sobre todo», había dicho al acudir a su colegio electoral Dancila, cuya primera reacción al resultado fue afirmar que su partido «ha recuperado los votos que perdió en las elecciones europarlamentarias» de mayo pasado, cuando el PSD obtuvo el peor resultado de su historia en la UE al caer hasta el 22,5 %.

«Iohannis es el único que puede garantizar a Rumania anclada a las elecciones a favor de la Unión Europea y la OTAN, una Rumania occidental y predecible», declaraba anoche el excanciller Cristian Diaconescu, que subrayaba la participación del 49,87 % y la influencia que pueden haber tenido en el resultado los más de 900.000 rumanos residentes en el extranjero que votaron en sus países de acogida, un récord en la historia democrática de Rumanía.

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