Rosemarie Aquilina, la juez de hierro que ha enterrado con años de prisión los abusos sexuales a deportistas
«Es un honor y un privilegio sentenciarle», dijo al ex médico del equipo de gimnasia de EE.UU, Larry Nassar, tras condenarle a un mínimo de 40 años por abusar de 156 jóvenes gimnastas
Ni el culpable ni las víctimas. Al final, la protagonista del juicio abierto a Larry Nassar –acusado de abusar de 156 gimnastas de la selección estadounidense– acabó siendo la juez. Rosemarie Aquilina , una mujer de aspecto recio, pelo negro y mirada intensa, fue implacable en el fondo y en la forma: «Es un honor y un privilegio sentenciarle, porque no merece salir de la cárcel nunca jamás».
Tras una semana escuchando el testimonio de las víctimas de Larry Nassar, Aquilina condenó al ex médico del equipo de gimnasia de Estados Unidos a un mínimo de 40 años y un máximo de 175 años de prisión . Una condena ejemplar y ejemplarizante para Nassar, que abusó sexualmente de 156 gimnastas incluyendo medallistas olímpicas del nivel de Simone Biles . En una declaración antes de ser condenado, el doctor se disculpó con las víctimas y aseguró que «no hay palabras» que puedan expresar «la profundidad y la amplitud» de cuánto lo siente. Pero Aquilina, severa, no se ablandó.
La juez ha convertido el proceso en una bomba mediática ; un caramelo para los medios de comunicación de todo el mundo. A lo llamativo del suceso, Aquilina ha añadido comentarios de consuelo a las gimnastas y frases de desprecio al que fuera médico de la selección: «Acabo de firmar su sentencia de muerte» , le dijo tras leer su condena.
«Es un honor y un privilegio sentenciarle, porque no merece salir de la cárcel nunca jamás»
Rosemarie Aquilina
juez
En los días que ha durado el proceso, Aquilina se ha posicionado claramente, lo que también le ha costado alguna crítica. Hay quien opina que ha confundido justicia con venganza por frases como esta: «El monstruo que se aprovechó de ti se va a marchitar de forma parecida a la escena de 'El Mago de Oz' cuando el agua se vierte sobre la bruja y ella se marchita», dijo la juez a una víctima el martes día 23. «Eso es lo que le va a pasar: porque a medida que te vuelves más fuerte, a medida que lo superes —porque lo harás— él se debilitará y se marchitará . La prisión no es un lugar para que un ser humano viva».
El propio Nassar la acusó por carta de haber convertido su juicio en un circo. Aquilina, lejos de corregirse, tiró el folio con desdén. Hoy donde unos ven ganas de ejemplarizar otros ven exceso de soberbia. «Solo estoy haciendo mi trabajo –dijo minutos antes de levantar la sesión–. Sé que queréis hablar conmigo, pero esta historia no es sobre mí. Nunca ha sido sobre mí».
Víctimas de oro
En efecto, las verdaderas protagonistas son las gimnastas, cuyas familias celebraron en la misma sala el dictamen de Aquilina. Solo unas horas después, la rectora de la Universidad Estatal de Michigan, Lou Anna Simon , presentó su dimisión sin dar muchas explicaciones: «Dimito como rectora de acuerdo con los términos de mi contrato laboral», dijo, seguramente agobiada por lo ocurrido.
Además de mediático, el caso de Larry Nassar no tiene precedentes en la historia del deporte. Se da la circunstancia que, durante la vista, muchas gimnastas reconocieron haber sido víctimas del médico de la selección. Con el paso de los días se iban sumando más atletas y hasta Simone Biles , estrella de los últimos Juegos de Río 2016 , superó el miedo para poner voz a este suceso. Un crimen cuya sentencia hará que el siguiente se lo piense.
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