Rohaní extiende ante Hollande un cheque de 15.000 millones

El presidente iraní firma en París contratos con Airbus, Total y otras empresas

Hollande y Rohaní, ayer en el palacio del Elíseo AFP

PAULA ROSAS

Sin rencores y pasando página, Hassan Rohaní y François Hollande escenificaron ayer en París el retorno de Irán a la escena diplomática internacional. Pero también y, sobre todo, la carrera por hacerse con los jugosos acuerdos comerciales que se ha desatado tras el levantamiento de las sanciones internacionales a un país de 80 millones de habitantes y toda una economía por modernizar.

Después de años de aislamiento, Irán necesita aviones, infraestructuras, coches, medicamentos. Y tiene el dinero. Europa, con una economía estancada, necesita vender. Francia lo ha comprendido al instante, y ayer consiguió que los iraníes abrieran la chequera por valor de 15.000 millones de dólares . «Un nuevo capítulo de nuestras relaciones se abre hoy», señaló ayer Hollande en una rueda de prensa con el presidente iraní tras asistir a la firma de una treintena de pactos comerciales de los que se beneficiarán sus principales empresas, como la petrolera Total, la constructora Vinci o la automovilística PSA Peugeot Citroën , que ayer anunció que regresa a Irán, donde fabricará 200.000 coches al año con un socio iraní gracias a un acuerdo valorado en 400 millones de euros.

Pero, sin duda, el principal caramelo de la visita se lo ha llevado Airbus, que ayer anunció la firma de un protocolo de acuerdo para la venta de 118 aviones por un valor superior a 25.000 millones de dólares, entre ellos una docena de A380, el modelo más grande de la compañía europea. El contrato no será definitivo hasta el levantamiento total de las sanciones a la república islámica.

Empezar de nuevo

Efectivamente, las sanciones sólo se han levantado parcialmente, pero la competición por entrar los primeros en un mercado que, en palabras del presidente de la patronal francesa, Pierre Gattaz, «necesita de todo» pero que no empieza de cero, sino que cuenta con una mano de obra cualificada y un gran potencial de desarrollo, es feroz.

«Olvidemos los rencores y empecemos de nuevo», había dicho unas horas antes Rohaní en un encuentro con el primer ministro Manuel Valls en un foro empresarial franco-iraní. La cercanía de París a Arabia Saudí y el resto de estados suníes del golfo Pérsico —archienemigos de Irán— o las maniobras de Francia para endurecer el acuerdo nuclear que finalmente se firmó el pasado verano han quedado atrás. «Estamos dispuestos a pasar página» y a sacar partido a la atmósfera positiva que se ha creado tras la firma del acuerdo, aseguró el presidente iraní. Por respuesta, Francia ha desenrollado la alfombra roja.

Irán, el principal apoyo de Bashar al Assad , es clave en las negociaciones sobre Siria que hoy comienzan en Ginebra, y que ayer Rohaní y Hollande abordaron. El presidente francés que, como muchos otros mandatarios occidentales ha pasado de exigir la marcha de Al Assad a aceptar que quizás tenga que formar parte de una transición política, destacó ayer la importancia de que Irán esté presente en las negociaciones y aseguró que el único enemigo común es «el terrorismo». La última crisis entre Riad y Teherán tras la ejecución de un clérigo chií en Arabia Saudí también fue tratada por los presidentes, que confían en que pueda ser solucionada de forma diplomática.

No todos han recibido al presidente Rohaní con aplausos. Cientos de disidentes iraníes protestaron ayer en las calles de París por los abusos a los derechos humanos del régimen de los ayatolás. Los opositores pisotearon fotos del presidente persa, escenificaron ejecuciones en la horca y denunciaron que Francia haya antepuesto el interés económico a los valores humanos.

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