ENTREVISTA

Roberto Quiñones: «Tergiversaron todos los hechos que ocurrieron durante mi arresto y fabricaron los cargos»

El periodista cubano asegura que tras pasar un año en la cárcel está preparado «para recibir nuevos ataques y nuevas represiones de la Seguridad del Estado» de Cuba

El periodista Roberto Quiñones

Jorge Enrique Rodríguez

Roberto de Jesús Quiñones Haces , abogado y periodista independiente, es una de aquellas personalidades contra las cuales el régimen de Cuba utilizó de forma severa su maquinaria de ensañamiento y hostigamiento. Un mecanismo coercitivo, contra aquellos ciudadanos que disienten o se oponen a la total ausencia de derechos y libertades que sufre la sociedad civil en la isla.

Juzgado bajo falsos delitos comunes de «resistencia» y «desobediencia», como parte de la represalia ejercida contra su labor como periodista independiente, Quiñones Haces fue condenado a un año de privación de libertad , justo cuando las autoridades del régimen amenazaron con reactivar con rigor la Ley 88, conocida como Ley Mordaza.

La misma Ley bajo la cual fueron juzgados y encarcelados, en 2003, 75 disidentes, veintisiete de ellos periodistas independientes. Hechos que son conocidos como « la Primavera Negra ».

En abril de 2019 Quiñones Haces reportaba para el diario digital Cubanet los pormenores de un juicio, en el Tribunal Municipal de Guantánamo, contra el matrimonio de pastores evangélicos Ramón Rigal Rodríguez y Ayda Expósito Leyva , quienes abogaban por el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos, tras lo que decidieron retirar a sus hijos de la escuela y practicar con ellos el homeschooling. Rigal Rodríguez y Expósito Leyva serían procesados, condenados y encarcelados bajo los delitos de «Otros Actos Contrarios al Normal Desarrollo del Menor», y sancionados a uno y dos años de privación de libertad respectivamente.

Detenido y golpeado

En agosto Quiñones Haces fue declarado culpable de los delitos contra él fabricados, y ratificada su condena de un año de privación de libertad. El 11 de septiembre de 2019 fue arrestado en la provincia Cienfuegos y conducido a la Prisión Municipal de Guantánamo, donde permaneció hasta su liberación el pasado 4 de septiembre. El periodista, unos días después de su excarcelación, relata para ABC las circunstancias de su encarcelamiento: «El 22 de abril de 2019 fui arrestado de manera violenta cuando me disponía a presenciar el juicio contra el matrimonio de pastores evangélicos Ramón Rigal y Ayda Expósito. Luego, en la estación policial, fui golpeado severamente por oficiales de la policía política –señala–. La justificación utilizada para aquella detención violenta, fue que yo iba a participar de una manifestación popular el día del juicio contra el matrimonio de pastores. Pero la Seguridad del Estado sabe que ese no es mi perfil. Mi labor es la denuncia desde el periodismo y no las manifestaciones públicas».

Roberto Quiñones, antes de entrar en prisión y un año después, tras cumplir un año de condena

Quiñones explica que desde 2015 era víctima de «un hostigamiento por parte de la policía política, fundamentalmente por el oficial identificado como Víctor Víctor, que implicaban detenciones arbitrarias». Al presentar formalmente una denuncia contra los policías implicados en su arresto el día del juicio, «resultó en que tergiversaron todos los hechos que ocurrieron durante mi arresto y fabricaron los cargos de desobediencia y resistencia». Y subraya que en su caso «se violaron todas las normas del debido proceso que están contenidas en la propia Ley de Procedimiento Penal».

Sobre cómo fue tratado durante este año de encarcelamiento, asegura que «el trato fue rotundamente riguroso, discriminatorio. Era víctima de requisas sorpresivas. Por mis denuncias a las condiciones de hacinamiento y al régimen carcelario fui sancionado por el Consejo Disciplinario de la Prisión Municipal de Guantánamo que, entre otras injusticias, me prohibió escribir y me ocuparon todas mis libretas de apuntes donde anotaba las denuncias de los reclusos y que las autoridades del régimen no quieren que se divulguen. Es decir, fui despojado hasta de los más mínimos derechos».

«Se me prohibió escribir y me ocuparon todas mis libretas de apuntes donde anotaba las denuncias de los reclusos y que las autoridades del régimen no quieren que se divulguen»

Quiñones, conocedor del funcionamiento de la estructura y los mecanismos de represalias del régimen, «sabía que tendría que cumplir la condena de privación de libertad completa, a pesar de la enorme campaña internacional, y dentro de Cuba, que exigió desde el primer día mi liberación inmediata». Una campaña que se mantuvo hasta el mismo día de su excarcelación. «Ha sido un año muy difícil, pero reitero que no me arrepiento de nada de lo que he hecho», subraya el periodista, quien a pesar de haber sufrido esta prisión, no cejará en su lucha contra el régimen cubano. «Salí de prisión mucho más fuerte. He crecido como ser humano a pesar del sufrimiento que mi encarcelación acarreó sobre mis hijos y mi esposa. Dejé una prisión con muchas carencias, una prisión donde los oficiales en ocasiones en vez de tratar de aliviarles el dolor a los reclusos, se lo agravan».

Denunciar las condiciones de las cárceles

Sobre las condiciones en la cárcel comenta que la comida era «pésima, la situación de la salud es deplorable porque los médicos no cuentan con medicamentos. Estas denuncias no pasarán de largo y es mi objetivo y compromiso que trascienda. Aunque me siento desfasado y casi tengo que aprender nuevamente a manejar las tecnologías».

«He sufrido mucho en la cárcel, pero estoy preparado para recibir nuevos ataques y nuevas represiones de la Seguridad del Estado»

Roberto Quiñones ha sido el único periodista condenado y encarcelado desde los eventos relacionados con la Primavera Negra en 2003. ¿Cómo asume este símbolo que usted representa? «No deseo a nadie la experiencia de la cárcel, sin embargo, me ha servido para comprender mejor la naturaleza del régimen cubano . Toda la campaña por mi liberación debemos también hacerla extensiva a los otros hermanos que permanecen en prisión por ejercer las libertades de expresión, de prensa y asociación –afirma–. Las condiciones de los presos políticos en Cuba son sumamente alarmantes, y para estas denuncias mi voz se sumará a la de miles. La represión y la discriminación es constante y permanente para los opositores en las cárceles cubanas. He sufrido mucho de esto en esta prisión, sin embargo, estoy preparado para recibir nuevos ataques y nuevas represiones de la Seguridad del Estado», concluye.

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