La revista satírica que lleva un siglo desvelando los escándalos de Francia

Las revelaciones de «Le Canard Enchaîné» sobre el empleo ficticio de la esposa de François Fillon pueden ser decisivas en las elecciones presidenciales que se celebrarán esta primavera

Silvia Nieto

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El escándalo de corrupción desvelado por la revista satírica «Le Canard Echaîné» amenaza con dinamitar la candidatura de François Fillon a la Presidencia de Francia. La polémica causada por el «empleo ficticio» de su mujer , que recibió 900.000 euros por trabajar, en teoría, como asistente de su marido , se ha agravado por nuevas revelaciones, según las cuales los hijos del matrimonio ganaron sueldos propios de expertos abogados sin haber terminado Derecho.

No es la primera vez que « Le Canard Echaîné » pone patas arriba a la sociedad francesa, porque nació precisamente con ese propósito. Tras un intento por empezar a ser publicada en 1915, la revista satírica comenzó a aparecer periódicamente a partir de julio de 1916. Para entonces, el fervor patriótico que había inaugurado la Primera Guerra Mundial se había trocado en desesperación : alrededor de 300.000 seres humanos iban a morir ese año en la batalla de Verdún, al norte de Francia. La prensa de la época, asfixiada por la censura, alababa el esfuerzo bélico y desechaba la crítica. La violencia era estilizada u omitida, pero casi nunca descrita en su suciedad; el enemigo, alemán o austro-húngaro, era deshumanizado.

Un referéndum

El nacimiento de «Le Canard Echaîné» fue un respiro en medio de ese ambiente opresivo. El objetivo de sus fundadores, del periodista Maurice Maréchal y el dibujante Henri-Paul Gassier, era denunciar el «lavado de cerebro», como se había bautizado a la cobertura tergiversada sobre la guerra, blandiendo el humor contra los censores . En su primer número, planteaban así su objetivo: «Le Canard Echaîné se tomará la libertad de introducir, tras una intensa verificación, noticias rigurosamente inexactas. Todo el mundo sabe, en efecto, que la prensa francesa, sin excepción, solo comunica a sus lectores, desde el inicio de la guerra, noticias implacablemente verdaderas. ¡Bueno, el público ya tiene suficiente! El público quiere noticias falsas... para cambiar. Las tendrá».

La tomadura de pelo comenzó de inmediato. El 6 de septiembre de 1916, la portada de la revista apareció con huecos en blanco donde solo podía leerse «Artículo censurado» o «Dibujo censurado» . El 29 de noviembre, dando un paso más, «Le Canard Echaîne» propuso un referéndum para elegir al «Gran Jefe de la Tribu de los lavadores de cerebros» : «La cuestión es muy sencilla: ¿cuál, en su opinión, entre los periodistas que acaparan atención cada día, merece, sin duda, el título de Gran Jefe?». El resultado se conoció el 20 de junio de 1917, cuando se anunció que Gustave Hervé, también político, había sido galardonado con esa distinción gracias a 5.653 votos. Sin embargo, la revista tuvo que tranquilizar a sus seguidores.

«A aquellos de nuestros lectores que se sorprendan por no ver al señor Maurice Barrès llegar al primer puesto (…) les revelamos que una gran parte de los partidarios del señor Gustave Hervé parecían estar agradecidos al eminente Presidente de la Liga de los Patriotas por no haber esperado a la guerra para lavar el cerebro de sus amigos », explicaba «Le Canard Echaîné» en su portada. Barrès, escritor y agitador de derechas, había sido apodado como «el ruiseñor de las carnicerías», debido a sus apologías de la violencia y la revancha, por el autor pacifista Romain Rolland.

Diamantes africanos

El final de la Primera Guerra Mundial no supuso la clausura de «Le Canard Echaîné». La revista se convirtió en una institución de la prensa francesa, vigilando con lupa cualquier atisbo de corrupción. Entre los casos que desveló, quizá el más destacado fue el de los «diamantes», en 1979: Jean-Bédel Bokassa, un dictador acusado de canibalismo que se había autoproclamado emperador de África Central a base de parafernalia napoleónica , había regalado a Valéry Giscard d'Estaing, presidente de Francia desde 1974, unas cuantas de esas piedras preciosas en 1973. La repercusión que tuvo este escándalo es una de las causas que se suelen citar para explicar la victoria del socialista François Mitterrand en las elecciones presidenciales de abril-mayo de 1981.

«A pesar del consejo de muchos de sus consejeros y cercanos», explica el historiador Mathias Bernard en su obra «Les ambitions déçues» (Armand Colin, 2014), «Giscard rechazó responder a los ataques, estimando que ese combate no era digno de él y que el tiempo haría justicia ». En una entrevista concedida en el Palacio del Elíseo en noviembre de 1979 , cuando fue preguntado por la polémica, recordó que era el primer Presidente de la República que no había «perseguido a ningún periódico» y afirmó que había que «dejar a las bajezas morir por su propio veneno». Esa actitud no solo fue considerada arrogante, sino también esquiva y culpable.

La revista satírica volvió a sacudir Francia solo dos años más tarde, tocando, en esa ocasión, uno de los aspectos más polémicos de su Historia. En mayo de 1981, «Le Canard Enchaîné» publicó unos documentos que demostraban que Maurice Papon , titular de cargos de tanta responsabilidad como el de prefecto de la Policía de París entre 1958 y 1967 y ministro de Presupuesto de Valéry Giscard d'Estaing, había participado en las deportaciones de judíos durante el periodo de la Ocupación nazi . Entre 1942 y 1944 , Papon firmó documentos que autorizaban el traslado de 1.560 de ellos de Burdeos a Drancy, un campo de concentración a la afueras de París que casi siempre suponía la parada previa a Auschwitz. Años más tarde, fue juzgado por complicidad en crímenes contra la humanidad.

Las repercusiones del caso Fillon aún se desconocen. Las encuestas, que tanto fallaron en 2016, han pasado de considerar al candidato conservador como favorito a relegarle a un tercer puesto en las elecciones presidenciales que se celebrarán este año, quedando por detrás de Marine Le Pen, de extrema derecha, y de Emmanuel Macron, de centro izquierda. Una vez más, parece que la revista satírica «Le Canard Enchaîne» puede ser decisiva para el futuro de Francia.

La revista satírica que lleva un siglo desvelando los escándalos de Francia

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación