Revelan que un grupo de espías rusos corrompió a miembros del Ejército serbio
El Kremlin ha negado que el escándalo vaya a repercutir en las buenas relaciones entre Moscú y Belgrado
El escándalo de espionaje ruso en Serbia, desatado este jueves no empañará las relaciones entre ambos países ni la próxima visita a Moscú del presidente serbio, Aleksandar Vucic , declaró este viernes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov .
Vucic informó la víspera que los servicios de inteligencia de su país documentaron una trama de espionaje ruso que corrompía a miembros del Ejército serbio.
«Consideramos la visita muy importante , comprendemos que existen determinadas fuerzas que quisieran empañarla de antemano, pero estoy seguro que no lo lograrán», expresó Peskov.
El portavoz del Kremlin añadió que la visita será « enjundiosa, productiva y mostrará una vez más la naturaleza de la asociación entre Rusia y Serbia». «Confirmamos la preparación de esta visita, la esperamos», apuntó.
La declaración de Vucic se produjo después de una reunión con los responsables de inteligencia y seguridad interior que convocó tras la aparición de un vídeo en Youtube en el que se mostraba a un oficial de inteligencia ruso entregando dinero a un militar serbio en Belgrado.
Según el mandatario, Serbia está expuesta «a un intenso trabajo de inteligencia de otros muchos países», tanto de grandes potencias como de países de la región, y a presiones contra su política.
El presidente serbio reiteró la neutralidad de su país y aseguró que esta trama de espionaje no cambiará «la política hacia Rusia», país al que considera «hermano y amigo».
Vucic tiene previsto reunirse el 4 de diciembre en Rusia con el presidente ruso, Vladímir Putin, -la tercera reunión de ambos mandatarios este año- y no descartó que la difusión ahora del vídeo estuviese encaminado a enfangar las buenas relaciones entre ambas capitales.
Serbia, que aspira a ingresar en la Unión Europea (UE), mantiene buenas relaciones políticas y económicas con Rusia, país al que no ha impuesto sanciones por la crisis de Ucrania, a diferencia del resto de los socios del bloque.
Rusia es también el principal aliado de Serbia en su postura de no reconocer la independencia de su antigua provincia de Kosovo .
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