ELECCIONES LEGISLATIVAS
El retraso en los recuentos sume a EE.UU. en un caos político
Ordenan comprobar los votos por correo en Florida y Georgia entre denuncias de fraude
Los nuevos diputados y senadores que ganaron en las elecciones parciales de la semana pasada en EE.UU. ya están eligiendo líderes y formando alianzas en Washington , con la incógnita de los resultados en Georgia y, sobre todo, Florida, inmersas en un caótico recuento voto a voto que amenaza con alargarse más allá de los plazos que ha dado la justicia. El avance demócrata en esos recuentos hace aún más precaria la posición de los republicanos en el Capitolio, algo que ha llevado a Donald Trump a denunciar, sin pruebas, un supuesto fraude .
Florida debía haber acabado anoche de comprobar sus ocho millones de votos , de los que dependen un escaño del Senado y el gobernador. Sin embargo, el condado de Palm Beach anunció que problemas técnicos le impedían acabar el recuento de sus 581.000 papeletas a tiempo. Un juez federal accedió a concederle a ese y otros condados una prórroga para procesar al menos 4.000 votos enviados por correo y cuyas firmas no se corresponden con las del registro civil. En Florida, la ley electoral obliga a comprobar automáticamente los votos si la diferencia entre candidatos es menor al 0,5%.
Al final del recuento, los republicanos Rick Scott y Ron DeSantis gozaban de una ventaja mínima en la competición por el Senado y el Gobierno del estado, respectivamente. Si al final la diferencia baja del 0,25%, habrá una comprobación manual, que debe acabar el domingo. La ley establece que si los condados se saltan el plazo, el recuento inicial es válido y los republicanos se declararían ganadores. Esto no cambiaría el equilibrio de poder en el Capitolio, donde los republicanos mantienen una exigua mayoría en el Senado y los demócratas controlan la Cámara de Representantes.
Trump: «Hay votos ilegales»
El republicano Scott no ha esperado a que acabe el recuento y ya está en Washington en reuniones preparatorias para la legislatura que comenzará en enero, pese a que cuando vencía el plazo su distancia respecto al demócrata Bill Nelson era del 0,15%, apenas 12.500 votos. Scott, que es el gobernador saliente del estado, ha denunciado un supuesto fraude con la intención de que la justicia anule el recuento y le declare senador sin esperar a procesar los votos por correo, que incluyen los de soldados en bases militares del extranjero.
Trump se hizo eco de esas acusaciones en una entrevista publicada ayer por el diario digital «The Daily Caller». «Los republicanos no están ganando porque hay votos ilegales. Lo llevo denunciando hace ya tiempo. Hay gente que vota sin tener derecho a votar y luego vuelve a la cola a volver a votar, en círculos. A veces vuelven al coche, se cambian la gorra, se cambian la camiseta y vuelven a votar», dijo. Ni las juntas electorales ni la justicia han encontrado pruebas de que ese fraude que denuncian los republicanos se haya cometido en Florida u otros estados.
En Georgia la competición para ser gobernador es igual de caótica. Un juez ha obligado a comprobar el voto por correo por discrepancias en la fecha de nacimiento y domicilio de miles de electores. Es más, ha obligado a la junta electoral a informar a los votantes de si sus papeletas han sido recibidas y son válidas, algo que se alargará hasta entrada la noche de hoy. El republicano Brian Kemp lleva una ventaja de 55.000 votos sobre la demócrata Stacey Abrams. Pero si no consigue el 51% de papeletas -aún no lo tiene- habrá una segunda vuelta el mes que viene.
En Washington, los republicanos ya han confirmado a Mitch McConnell como líder de la mayoría en el Senado. La demócrata Nancy Pelosi aspira a volver a ser presidenta de la Cámara, el puesto de mayor relevancia en el Capitolio, que ya ocupó entre 2007 y 2010. Su partido, sin embargo, no la apoya unánimemente, y otros congresistas han anunciado que competirán con ella.
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