Los resultados de las legislativas obligan a Macron a una remodelación profunda de su Gobierno
Macron ha prometido intensificar las negociaciones en temas como las pensiones
Retroceso histórico de Macron, muy lejos de la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional
Se presta a Emmanuel Macron el proyecto de cambiar de Gobierno y lanzar un consejo nacional de la refundación que sirva de ‘guía’ para lanzar reformas pendientes y urgentes. Tras los resultados electorales de su Gobierno y su frágil mayoría parlamentaria, el presidente debe cambiar de equipo ministerial por razones técnicas y políticas de fondo. En su día, Macron anunció la previsible salida del Gobierno de los ministros que no fuesen reelegidos diputados. Media docena de ministros y secretarios de Estado han sido derrotados y deberán ser sustituidos. La fragilidad de la nueva mayoría parlamentaria exige la formación de un Gobierno de combate, con relativa urgencia.
Élisabeth Borne , primera ministra, jefa de Gobierno, fue reelegida diputada con el 53,2% de los votos. En principio, debiera ser confirmada; Gérald Darmanin , antiguo portavoz de Nicolas Sarkozy, ministro del Interior; y Bruno Le Maire, ministro de Economía, antiguo aspirante conservador a la presidencia de la República, debieran ser confirmados. Son personalidades fuertes e influyentes entre las familias conservadoras de la mayoría macroniana. Darmanin dirige la política de lucha contra el islamismo y las amenazas terroristas. Le Maire está en el frente económico europeo, ultrasensible.
Se presta a Macron el deseo de incorporar a su nuevo Gobierno, dentro de unos días, más personalidades con cierto perfil social, para poder negociar con los sindicatos varias de las reformas pendientes, comenzando por la reforma del sistema nacional de pensiones, que lleva varios años empantanada. Tarea política delicada, cuando se multiplican los indicadores alarmistas.
Nueva forma de gobernar
Macron fue elegido presidente por vez primera en 2017. Prometió la «revolución», título de su libro programático: «Reformar Francia para refundar Europa» . Cinco años después, Francia sigue sin reformar, y la «refundación» de Europa parece lejanísima. Francia ha presidido la UE durante el último semestre, pero la opinión pública nacional parece insensible a esas temáticas muy alejadas de los problemas inmediatos del hombre de la calle.
El nuevo Macron, reelegido presidente en abril , afirma que ha cambiado profundamente. Ha perdido su optimismo visceral de hace unos años. El presidente también promete una «nueva forma de gobernar». El antiguo estilo «jupiterino», de la gran tradición nacional, la del reformismo desde arriba (Luis XIV, Napoleón, De Gaulle, Giscard), será sustituido por un modelo más ‘horizontal’. Sin embargo, el ‘macrocosmo’ está muy falto de personalidades de envergadura nacional.
Para relanzar las reformas empantanadas, Macron anunció días pasados la creación de un Consejo nacional de la refundación … ¿Con quién? ¿Para qué?
El nuevo Macron promete la multiplicación de las negociaciones y la concertación a muchas bandas: entre el Gobierno, la patronal, los sindicatos, las asociaciones profesionales, con el fin de negociar soluciones alternativas e imprescindibles. Comenzando por la reforma del sistema de pensiones.
Los sindicatos han reaccionado desenterrando el hacha de guerra . Yves Veyrier, secretario general de Fuerza Obrera, declaró hace días que «la primera urgencia social es impedir la reforma del sistema de pensiones». En ese punto, y en otros, los sindicatos apoyan los proyectos de La Francia Insumisa de Mélenchon: jubilación a los 60 años, salario mínimo de 1.500 euros…
Recién reelegido presidente, Macron anunció medidas urgentes de apoyo al poder adquisitivo de las familias. Desde entonces, la inflación está atizando el fantasma de una nueva fronda social: el incremento de los precios de productos de primera necesidad crea un clima social ‘ansiógeno’, al que Macron y su nuevo Gobierno debiera responder con relativa urgencia. Veremos.
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