La UE renegociará con Ankara el acuerdo sobre los refugiados

Crece la oposición al reenvío a Turquía de contingentes de inmigrantes sin papeles

Refugiados del campo de Idomeni, Grecia, tratan de encontrar una vía alternativa para llegar a Macedonia EFE

ENRIQUE SERBETO

La UE trata de acomodar a la legalidad y a las susceptibilidades políticas de algunos países los términos del acuerdo con Turquía para la gestión del flujo de demandantes de asilo. A contrarreloj, los funcionarios europeos tratan de encontrar fórmulas que puedan ser tmbién aceptadas por el correoso régimen turco, que a su vez está cada vez más involucrado en la guerra de Siria. La cumbre del jueves y viernes vuelve a ser la cita crucial para hacer frente a uno de los problemas más graves que ha tenido que gestionar la UE. En la cumbre del lunes de la semana pasada, los líderes de la UE dijeron que necesitaban más tiempo para estudiar la propuesta que había hecho el primer ministro turco , Ahmet Davutoglu, a la canciller alemana, Angela Merkel. Este viernes Davutoglu volverá a reunirse con los Veintiocho para tratar de cerrar el acuerdo que pretende ser la solución para contener la presión migratoria en la frontera griega . A pesar de las apariencias de consenso, desde entonces se han escuchado no pocas voces críticas con el planteamiento y las consecuencias de ese convenio.

Aunque la Comisión Europea insiste en que el plan que está sobre la mesa «es legal» y «una buena opción», al mismo tiempo su portavoz Martaritis Schinas ha tenido que reconocer que «no se trata de un acuerdo final donde todos los elementos estén ahí. La terminología es importante. Ahora le toca al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, hacer la transición a eso que esperamos ver como un acuerdo en el Consejo europeo de esta semana».

Deportaciones masivas

El núcleo de esa propuesta contenía medidas de deportaciones masivas de los que llegan de forma irregular a Grecia a cambio de que otros tantos de los que tramiten su petición de asilo en Turquía sean distribuidos en Europa, a cambio de seis mil millones de ayuda financiera para Ankara. También se le concedería a Turquía la exención de visado para sus ciudadanos y avances en las negociaciones de adhesión, aunque hay varios países han dicho que no están de acuerdo en vincular una cosa con otra. El ministro de Exteriores José Manuel García Margallo dijo ayer que España no aceptará una fórmula que permita «expulsiones colectivas», contrarias a la legalidad internacional y al derecho europeo, o que no garantice «la protección» de los refugiados en cuanto a su derecho al asilo. Para Margallo, la idea de devolver a Turquía masivamente a los emigrantes sin papeles es «inaceptable desde el primer momento» puesto que es «contraria a la legalidad internacional, a la Convención de Ginebra y los Tratados europeos».

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk tiene previsto reunirse hoy con el presidente de Chipre Nikos Anastasiadis, uno de los más perjudicados por las concesiones políticas a Ankara.

Los negociadores europeos están buscando posibilidades legales de considerar a Turquía un país seguro , ya que de otro modo no sería legal reenviarle los demandantes de asilo deportados. Uno de los caminos puede ser a través de un acuerdo bilateral de readmisión entre Grecia y Turquía, pero eso limitaría también su capacidad de acción. Francia también ha dicho que no aceptará vinculaciones directas entre este acuerdo y la exención de visados a los más de setenta millones de ciudadanos turcos.

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