ABC, A BORDO DEL PORTAAVIONES «EISENHOWER»

El «Ike» regresa a casa tras arrojar 1.220 bombas contra el Daesh en Siria e Irak

La US Navy se muestra preocupada por la intensa actividad naval de Rusia en el Mediterráneo

Un F-18 de la US Navy a punto de aterrizar en la cubierta del portaaviones Dwight D. Eisenhower ABC
Esteban Villarejo

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Tras siete meses de despliegue para atacar al grupo yihadista Daesh, el «Ike» vuelve a su casa de Norfolk (Virginia) por Año Nuevo. Y lo hace sin una sola bomba en su santabárbara. «Hemos lanzado 1.220 en las 1.900 salidas de nuestros cazas F-18 sobre las posiciones yihadistas en Irak y Siria. Ya no nos quedan más bombas», nos explica la teniente Kristina R. Fontenot, segunda oficial de relaciones públicas a bordo del portaaviones «Dwight D. Eisenhower».

Estamos a bordo de uno de los diez portaaviones en activo de la US Navy de la «clase Nimitz», que pronto coexistirá con la nueva «clase Gerald Ford». Tras volar una hora y media desde la base gaditana de Rota, nos encontramos ahora «en algún lugar del Mediterráneo» y en tránsito hacia el estrecho de Gibraltar, según se nos informa en el puente de mando.

Vista desde la proa del portaaviones Eisenhower US NAVY

La mayoría de esas bombas arrojadas por el «Ike» (995) corresponden a cazas que han despegado desde la zona del Golfo, las 225 restantes desde un Mediterráneo en plena ebullición, donde el «Eisenhower» y sus siete buques de escolta han coincidido durante esta última quincena con los portaaviones francés «Charles de Gaulle» y ruso «Almirante Kuznetsov» , también implicados en el conflicto de Oriente Próximo.

La cubierta de 333 metros del portaaviones estadounidense resulta confusa a los ojos del visitante, aunque todo está milimétricamente coordinado. Los marinos visten uniformes con petos de ocho colores, según sus misiones específicas (respostaje, mantenimiento, señales de despegue...). El portaaviones transporta 78 aeronaves, 66 de ellas aviones cazabombarderos F-18 . Todos se comunican con lenguaje de señas en la cubierta. Casco, gafas de protección y auriculares antiruido son parte del atuendo militar. El zumbido de los reactores de los F-18 es ensordecedor. Se siente la «bola de energía» alrededor.

Aterrizaje de un E2-C «Hawkeye» de alerta temprana US NAVY

Invitados por la Embajada de EE.UU. en España, ABC asiste al despegue de de cinco F-18 y el aterrizaje de nueve , todos ellos en misión de entrenamiento y formación de pilotos. Nos situamos a veinte metros de una de las lanzaderas. El Mediterráneo se nos torna ahora en gris asfalto y en blanco tras la polvareda de los gases al despegar. La catapulta o el cable que frena al caza cuando aterriza con el «tailhook» (gancho) no fallan. «Misión cumplida»... volvemos a las entrañas del portaaviones.

«Lanzamos nuestro primer ataque contra el Daesh el 28 de junio desde el Mediterráneo oriental. El desempeño de nuestra misión hasta el momento ha sido impresionante. Este equipo está probado en combate y dedicado a la misión. Comprenden la importancia de trabajar con los aliados de la Coalición anti Daesh y sienten como propia la urgencia de derrotar a Daesh y proteger vidas inocentes», asegura el vicealmirante Jim Malloy, comandante del grupo de combate del «Eisenhower» cuyo lema es «More than ready» («más que preparado»).

En un portaaviones estadounidense existen siete clases de aeronaves: cazas F-18 de tres tipos («Hornet», «Super Hornet» y «Growler»), aviones E2-C «Hawkeye» de alerta temprana, aviones de transporte C-2 Greyhound y dos tipos de helicópteros MH60 «Seahawk» (antisubmarino y rescate).

Un oficial explica al embajador James Costos el funcionamiento de las operaciones. Junto a Costos visitaron el portaaviones el secretario de Estado de Defensa, Agustín Conde (2º izq.), y el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete (1º izq.), entre otros US NAVY

En el interior de estas 95.000 toneladas flotantes de pura «diplomacia» estadounidense conviven 5.000 marinos. «Es como un pequeño pueblo», nos explica la teniente Fontenot que nos advierte que incluso existe una pequeña cafetería Starbucks.

Durante nuestro recorrido de cuatro horas visitamos el puente de mando, el puente de control de vuelo, los hangares de mantenimiento y el departamento de comunicación («IkeMedia»), dotado éste último con 25 militares. «Incluso imprimimos un periódico diario», es el «Five Star» y en su número del 21 de diciembre destaca la visita del «Ike» al puerto de Marsella, donde hizo escala previamente, o el asesinato del embajador ruso en Turquía.

Submarinos rusos

A la situación en el mar Mediterráneo se refiere la almirante Michelle Howard, mando de las fuerzas navales estadounidenses en Europa y África, con base en Nápoles (Italia). Se muestra preocupada por la actividad naval de Rusia : «Como sabéis también ha enviado submarinos, es como volver a los años 80 otra vez», señala para anunciarnos que, por otra parte, las misiones de la US Navy en Libia, contra el Daesh en la ciudad de Sirte, han concluido ese mismo día.

«La US Navy continuaremos apoyando las misiones contra el Daesh desde el Golfo o desde el Mediterráneo oriental», insiste Howard que, ante los periodistas españoles a bordo quiere subrayar algo que no cambiará: «La base de Rota es esencial para EE.UU.».

Un marino paga su café en el pequeño Starbucks del portaaviones US NAVY
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