La reapertura total en Italia se hace a medio gas y sin apenas clientes en las tiendas

Un propietario de 4 restaurantes en el centro de Roma: «Tengo 50 empleados, he abierto con cuatro empleados, pero sin turistas no vivimos»

En el recorrido realizado por ABC en el centro de Roma se constató el ambiente desolador A.G.F.

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El panorama en Roma es desolador. Hoy la reapertura era general, pero eran muchas las tiendas, bares y restaurantes que seguían cerrados. Solo a primera hora hubo colas en algunas estaciones de metro y a la espera de autobuses, mientras el tráfico era escaso. El centro histórico de Roma, siempre bullicioso, estaba sin alma : no hemos encontrado ni un solo turista. Y sin turismo, el centro de la ciudad eterna parece muerto.

El restaurante Pantheon cerrado A. G. F.

En el célebre Tazza d’Oro, al lado del Panteón, bar donde siempre hay cola, a las diez de la mañana solo había dos personas. En vía dei Pastini y via di Pietra, calles llena de pequeñas tiendas y de restaurantes, casi todo está cerrado . Salvatore, el propietario del Restaurante Rotonda, nos explica con cierta desesperación: «Yo tengo cuatro restaurantes en la zona con 50 empleados, y ya ve usted el negro panorama: vine hoy con cuatro camareros para abrir este local, pero no es rentable. Cada alquiler de estos restaurantes que son locales pequeños cuesta 30.000 o 35.000 euros mensuales , vivimos del turismo y no hay turistas, así que esto es una ruina. Hasta marzo del año que viene no confío en que se comience a normalizar la situación».

En vía della Rotonda, junto al Panteón, hay una larga fila de taxis a la espera de pasajeros. En corro se entretienen a charlar cuatro taxistas, aburridos y desolados porque no llegan: «Hoy no hemos tenido una mayor clientela; solo estamos en servicio el 30% de los taxis, y aún así los pocos que trabajamos estamos sin clientela , que se ha reducido en un 85 %. Y así está toda Italia», confiesa el grupo de forma unánime. La iglesia de San Eustaquio la vemos animada con bastantes inmigrantes, muchos sin mascarilla. Esperan la hora del reparto de la comida. El párroco, don Pietro, nos comenta que cada día entregan unas 130 bolsas de comida: «No recibimos ninguna ayuda pública, lo que repartimos nos llega por la caridad de feligreses».

Al lado, en el café Sant’ Eustachio, seguramente el mas célebre y turístico de Roma, casi siempre lleno, solo un par de clientes toman un expreso sentados en la terraza; en el interior, vacío, un camarero confiesa que «hoy no hemos llegado ni al 5% de la clientela habitual».

«Prefieren ahorrar»

Junto al Senado, un kiosco ha permanecido siempre abierto, hasta las dos de la tarde: «La venta de periódicos ha bajado algo, pero hemos vendido más que nunca las revistas de crucigramas ha sido un boom», nos comenta el empleado, Matteo. La gran mayoría de los hoteles del centro histórico los encontramos cerrados. Mejor es el panorama en la peluquería BHSalon, en Corso Vittorio Emanuele. Toman la temperatura a la entrada y han eliminado revistas y periódicos, como exigen las reglas, pero han mantenido una bandeja con caramelos. Los cuatro empleados trabajan ya a pleno ritmo, con clientes a una distancia de dos metros . «Tenemos ya reservas para casi toda la semana», confiesa Paolo.

En la plaza Campo de Fiori, donde todas las mañanas se ponía un mercado de frutas y verduras con unos 25 puestos, hoy solo hay 6 y casi sin clientes. Mónica destaca que por fortuna vende productos de primera necesidad: «Al menos la fruta y la verdura se vende –confiesa-, pero hemos tenido que subir los precios porque algunas recolectas se han perdido al haber menos mano de obra por el confinamiento. Nuestros clientes son italianos, pero noto es que viene menos gente a comprar; la gente tiene miedo y todavía no se atreve a salir, prefieren ahorrar», nos dice Mónica. En la misma plaza, la carnicería el “Il Fiorentino”, el propietario Giovanni es de los pocos comerciantes que se han salvado de la crisis : «Por fortuna, solo estuvimos pocos días cerrados y nuestros clientes, que son italianos, siguen viniendo como antes; no hemos notado una caída en la venta».

Con la llegada de la noche, durante el fin de semana, la plaza Campo de Fiori, se transformará: La movida ha vuelto ya durante el pasado fin de semana a algunos lugares clásicos de Roma, como el barrio del Testaccio y la propia Campo de Fiori. Cierta alarma ha surgido ya por la movida, ya que los jóvenes no han mantenido la distancia de seguridad y muchos de ellos sin mascarilla.

Algunas organizaciones indican que se ha abierto el 70% del pequeño comercio en Italia. Desde luego, en el centro histórico de Roma hoy ese porcentaje era menor, y lo que era más triste: sin apenas clientela.

El primer ministro, Giuseppe Conte, ha reconocido que la reapertura ha sido una medida política suya: « Adopté la decisión en contra la opinión de los científicos . Si hubiera sido por ello, reabriríamos solo con cero contagios , pero esto no es posible para el mantenimiento del tejido social y económico». Muchos elogian hoy el coraje de Conte para decidir la reapertura de prácticamente casi todas las actividades, con la excepción de la escuela que se aplaza a septiembre, mientras cines y teatros reabrirán el 15 de junio. Pero, tras dos largos meses de confinamiento, y sin haber ganado aún la batalla al coronavirus, en primer día de reapertura general solo se percibe la prudencia, temor ante el futuro y una cierta resignación sin perder la esperanza. Incluso entre los comerciantes que hemos visto sin clientela se despiden intentando ser optimistas al decir: «vendrán tiempos mejores».

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