Reabre el mayor refugio de animales de Francia

Para Paulo, trabajador de este zoo-refugio para todo tipos de animales, los osos son su debilidad. Trabajaba como cuidador en un circo hasta que cambió las pistas por una labor más humanitaria con los animales; acogerles y cuidarles cuando han sido maltratados. Patrick fundó el albergue con su mujer porque no existía un lugar así en toda Francia, donde poder llevar a cualquier criatura desde un gato a un gueopardo. A este lugar llegan todo tipo de tristezas, como este león procedente de un circo español, cuenta Patrick, que fue castrado y que por eso no desarrolló su melena. Además, explica, le arrancaron las garras, algo totalmente ilegal. Les sacan de circos o de laboratorios, como este simio con el que se experimentó durante veinte años, ahora tiene una más o menos saludable jubilación en este albergue del norte de Francia. Los particulares lo subvencionan pagando la pensión de alimentos del elefante o del oso polar durante el tiempo que pueden y así salen adelante porque han estado 14 meses cerrados, sin poder recibir visitantes, ahora esta fauna rescatada del sufrimienta está lista para recibir visitas.