El racismo antiblancos divide a las izquierdas en la nueva Francia multicultural
Audrey Pulvar, cabeza de lista del PS en Isla de Francia, ha abierto una brecha muy profunda, apoyando las reuniones políticas organizadas por estudiantes franceses negros y mestizos, rechazando la entrada de estudiantes blancos
Nuevo movimiento de fondo del paisaje político francés: el racismo antiblancos divide profundamente a las izquierdas, que ya habían perdido el apoyo electoral de los obreros y el «voto popular».
Audrey Pulvar (49 años), cabeza de lista del PS en Isla de Francia, para las elecciones regionales del mes de junio , ha abierto una brecha muy profunda, apoyando las reuniones políticas organizadas por estudiantes franceses negros y mestizos, rechazando la entrada de estudiantes blancos.
Mélanie Luce, presidenta de la Unión nacional de los estudiantes de Francia (UNEF), primer sindicato estudiantil, reconoció días pasados la celebración de reuniones «solo para estudiantes no blancos» , provocando una polémica nacional sobre el presumido «racismo antiblancos». La UNEF fue históricamente socialista. Casi todos los dirigentes socialistas de último medio siglo se formaron en ese sindicato estudiantil, donde hoy son mayoritarios los dirigentes estudiantiles negros, mestizos y musulmanes. Se trata de una realidad fáctica, indiscutible.
Los sucesivos dirigentes del PS se distanciaron lentamente de esa evolución del primer sindicato estudiantil. Apoyando y tomando partido por las reuniones estudiantiles «solo para negros y mestizos», Audrey Pulvar abre una brecha abismal. El PS ha reaccionado con un ruidoso silencio , tras las declaraciones de su cabeza de lista en las próximas elecciones regionales. Por el contrario, La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda populista) y Europa Ecología Los Verdes (EELV) apoyan calurosamente la ambigua posición de Audrey Pulvar.
La defensa de las reuniones solo para negros y mestizos, donde los blancos son invitados a callarse, ha caído como una bomba de fragmentación en la alcaldía de París . Pulvar también ocupa un puesto importante en el equipo municipal de Anne Hidalgo, alcaldesa con aspiraciones presidenciales . Hidalgo ha criticado las reuniones solo para blancos organizadas por la UNEF, apoyada por Pulvar. Más allá de la división aparente entre la alcaldesa y una de sus estrellas políticas, el tema inflamable del racismo antiblancos se ha convertido en un problema electoral de inmenso calado, agravando las históricas divisiones de las izquierdas francesas.
Metamorfosis de fondo
Se trata de una nueva metamorfosis de fondo y de inmenso calado para el paisaje político francés . Históricamente, los obreros de Francia comenzaron a votar a la extrema derecha de la familia Le Pen al final de los años 80 del siglo pasado. El Frente Nacional (FN, extrema derecha) y su sucesor, Agrupación Nacional (AN), el nuevo partido de Marine Le Pen, se convirtieron en el primer partido obrero de Francia durante la última década.
Perdido el voto obrero, durante los últimos veinte años, el PS y el PCF intentaron reaccionar tras la aparición de La Francia Insumisa (LFI) , el 2017. Tras el hundimiento histórico de socialistas y comunistas, LFI pretende recuperar el voto popular, abriéndose a los nuevos franceses multiculturales. La polémica del racismo anti blancos corre el riesgo de agravar esas divisiones y fragmentación de las izquierdas francesas.
Emmanuel Macron, la derecha tradicional y Marine Le Pen asisten encantados a esa polémica incendiaria, esperándo beneficiarse, de alguna manera, de una crisis que también afecta profundamente a los cambios de gran calado que están modificando el paisaje social y cultural de Francia.